SOS en otro bastión de la izquierda latinoamericana
- Bolivianos votarán en un referéndum el 21 de febrero si el presidente puede optar a un tercer mandato, pero un escándalo de tráfico de influencias erosiona su popularidad
La firma CAMC Engineering (CAMCE) se ha hecho con licitaciones directas por valor de 566 millones de dólares. Morales ha recibido duras críticas por este supuesto favorecimiento a la empresa de su expareja, pero también por haber ocultado el nacimiento de este hijo cuando ya era presidente y por la juventud de la madre, que tenía poco más de 20 años cuando mantuvo la relación con el mandatario, de casi 50 años por entonces.
Un escándalo por supuesto tráfico de influencias del presidente boliviano, Evo Morales, hacia una expareja suya ha mermado, según un sondeo, sus opciones en el referendo del 21 de febrero, en el que se decide si se podrá presentar en 2019 a una nueva reelección. Una encuesta divulgada en varios periódicos bolivianos señala que la intención de voto, hasta ahora bastante igualada entre el «sí» y el «no», se inclina en un mayor porcentaje por el rechazo a la modificación constitucional que permitiría la reelección.
El sondeo publicado el domingo, último día en que la normativa electoral permite la difusión de encuestas, recoge que el 47 % de los bolivianos se inclina por el «no», frente a un 28 % que lo hace por el sí y un 25 % de indecisos.
Una de las particularidades de las encuestas electorales en Bolivia es que suelen vaticinar con bastante exactitud los resultados que luego se reproducen el día de los comicios, especialmente en el caso de los sondeos a pie de urna. Ese último tipo de encuesta tiene especial relevancia porque en los procesos electorales en Bolivia tradicionalmente el escrutinio oficial se demora unos días e incluso semanas, por lo que las cifras de los sondeos a pie de urna se suelen dar como válidas para avanzar los resultados.
La polémica surgió cuando un periodista muy crítico con el oficialismo hizo público que Morales tuvo en 2007 un hijo -fallecido poco después- con la ejecutiva Gabriela Zapata, quien desde 2013, según su propia versión, es gerente comercial en Bolivia de una empresa china que se ha adjudicado millonarios proyectos del Estado.