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Familia busca seguir negocio tras sismo

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CDMX
    •    A dos años del sismo del 19 de septiembre, Hugo Mena adapta su trabajo y mantiene la tradición que le fue enseñada de generación en generación 


Aquel martes 19 de septiembre de hace dos años, al llegar al local donde vendían piñatas, Hugo Mena y su esposa no querían levantar la cortina. Temían ver cómo había quedado el negocio después del sismo magnitud 7.1 que sacudió a la Ciudad de México.

Horas antes fueron a entregar un pedido y cuando iban cerca de Chapultepec sintieron el movimiento. Se comunicaron con sus hijos y, al saber que estaban bien, fueron al taller que tenían sobre Circuito Interior. Este fue uno de los 328 mil 662 negocios afectados por los temblores de 2017, de acuerdo con una encuesta hecha por el Inegi.

“La verdad, no quería abrir la cortina porque podía haber averías, pero cuando lo hice encontramos boquetes muy grandes dentro del local. No había luz, era muy triste la situación”, recuerda Hugo.

Había grietas cerca del baño y al final del negocio. Sobre todo, notaron que el edificio se había inclinado hacia atrás, era el daño más evidente. En el inmueble había ocho departamentos y dos locales comerciales en la planta baja; uno era de alarmas para autos y el otro Piñatas Mena Bambolinos.

Tenían 12 años vendiendo en la esquina de Melchor Ocampo 288, entre Río Ebro y Río Tíber, colonia Cuauhtémoc. Después del sismo esperaron a que las autoridades de Protección Civil evaluaran el edificio.

Hubo opiniones contradictorias, pues unos les decían que no había daños y otros que sí y que eran graves. Después de dar a conocer la situación de la familia Mena, en 2017, la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) les ofreció ayuda con un crédito.

Hugo reconoce que lo rechazaron porque, debido a la situación del negocio, no habría manera de pagarlo. En ese entonces, para ya no abrir el local, cada domingo entregaban los pedidos pendientes fuera del establecimiento.

Después su familia les ayudó. Uno de sus hermanos le prestó un local que está también sobre Circuito Interior y ahí es donde, a veces, ve a algunos clientes que le encargan diseños de piñatas.

Levantar el negocio

Ahora, dos años después, su casa ha sido adaptada como taller. Ahí tiene alrededor de 100 moldes para continuar haciendo las figuras para fiestas infantiles. Actualmente, mediante la página de internet Piñatas Mena Bambolinos es como han podido difundir su trabajo.

La producción del primer año fue muy baja porque no sabían cómo organizarse. Antes del temblor hacían al menos 30 piñatas a la semana, durante los meses siguientes fueron solamente 10. Ahora tratan de que semanalmente se entreguen de 30 a 50 pedidos, dependiendo de la producción y las figuras.

Lo único que ha cambiado es que ahora hacen el pedido por medio de Whats App o en la página de Facebook. Es la estrategia que han aplicado para darles difusión a sus productos.