Explicar con la verdad

– “A la memoria de Jesús Silva Herzog Flores, secretario de Hacienda durante aquella tormenta”

La llegada de Donald Trump a la presidencia de EU ha concentrado explicablemente la atención de los mexicanos. Se han descuidado asuntos fundamentales para el país que, por eso, son también esenciales para definir la fortaleza de México frente a EU. La diplomacia de la relación bilateral es una caja de resonancia de las “realidades” de ambos países.
La inseguridad en México, el magro crecimiento económico, la incapacidad para controlar su frontera sur, la fragilidad de su petrolera nacional, la escasez de agua potable y saneamiento, lo rudimentario de su desarrollo urbano, la baja aprobación del Presidente, la cuestionada vigencia del Estado de Derecho, las deficiencias de sus procuradurías y tribunales, integran el núcleo de la identidad de eso que llamamos México.
Uno de los elementos que conforman la realidad de México, como una debilidad frente a EU, es su precariedad fiscal. El gasto y la recaudación tributaria del sector público de México representa 17.4% del PIB, en comparación con 26.4% en EU. Esa brecha fiscal explica mucho de las diferencias, al igual que aquélla entre los ingresos per cápita anuales, que son muy diferentes: EU 57 mil 220 dólares, esto es 3.2 veces el de México 17 mil 905 (PPA).
Quienes habitan en el vecino del norte viven mejor porque tienen más ingreso, más servicios públicos y de mejor calidad que en México. La precariedad de las finanzas públicas mexicanas es un elemento determinante no sólo de nuestro bienestar, sino de nuestra relación con los estadounidenses.
La información sobre las finanzas públicas correspondiente a 2016. A diferencia de otras administraciones, aumentó la recaudación federal, distinta a la proveniente de Pemex. Los ingresos tributarios de 14.3% del PIB en 2012, a 15.6% en 2016. Mejoró la recaudación efectiva del ISR (5.2 a 7.3% del PIB), del IVA (3.7 a 4.1%), y de los IEPS (-0.8 a 2.1%, pues incluye combustibles). Este incremento contrarrestó parcialmente el impacto de la caída sustancial de los ingresos petroleros, de 5.9 en 2012 a 1.6% del PIB en 2016.
A pesar de ese aumento de los ingresos tributarios, el gasto público creció con rapidez (de 19.9 % a 21.4% del PIB), a pesar de que redujo su inversión en 0.6 puntos del PIB. Las tan publicitadas reducciones de gasto (corriente) no se cumplieron: excedió 7.7% el presupuesto “ajustado”, sin considerar la transferencia que hizo Sener al patrimonio de Pemex y CFE.
Como resultado, el déficit de la Administración Pública Federal (PSBR) alcanzó 2.9% del PIB, lo que requirió que se endeudara para cubrir ese faltante. Esto explica el aumento de la deuda pública, que alcanzó 48.4% del PIB en diciembre de 2016, en comparación con 36.4% en diciembre de 2012. En síntesis, las finanzas del gobierno federal no se fortalecieron, sino que se debilitaron.
Así sucedió también con los gobiernos de estados y municipios, y, más importante aún, con las finanzas de la Seguridad Social. El gran “hoyo negro” del sistema de pensiones hace que cada año los gobiernos tengan que aportar del orden de 3% del PIB para financiar ese déficit, monto que continuará aumentando hasta alcanzar 5.4% del PIB por año en 2030. ¿Qué gasto reducirán las autoridades para cumplir con las pensiones? O, alternativamente, ¿incumplirá sus obligaciones en materia de pensiones?
Los conceptos no deben confundir. El pequeño déficit primario del gobierno se alcanzó sólo debido a que los ingresos incluyen el “remanente de operación” del Banxico, resultado no recurrente y que en todo caso habría que consolidar cada año, también cuando observe pérdidas.
En una crisis anterior, 1982-1987, el secretario de Hacienda, Jesús Silva Herzog, enfrentó una situación similar de las finanzas públicas. Aumentó los impuestos y redujo el gasto. No pospuso o eludió decisiones difíciles. ¿Cómo? Explicando incansablemente a la ciudadanía, con la verdad, la magnitud real de la emergencia nacional. Le costó mucho sacrificio, su puesto entre otras cosas. Pero lo hizo. Ahora ya no está con nosotros, pero nos dejó sus enseñanzas y su ejemplo.

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