Experiencia electoral del Estado de México

Ayer lunes, con el 97.7% de los votos escrutados, como era de esperar, el candidato del PRI, Alfredo del Mazo, primo del presidente Enrique Peña Nieto y heredero del Grupo Atlacomulco, había logrado contabilizar 33.72% de los votos, contra 30.81% de la candidata del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), Delfina Gómez

El proceso electoral del Estado de México evidencian lo que serán los comicios presidenciales de 2018.  No hace falta ser un analista experto en procesos electorales en el mundo, para adivinar lo que serán las elecciones presidenciales de 2018 a la luz de las recientes elecciones realizadas en el Estado de México, donde se han afinado los instrumentos que se pondrán en práctica el próximo año.

Ayer lunes, con el 97.7% de los votos escrutados, como era de esperar, el candidato del PRI, Alfredo del Mazo, primo del presidente Enrique Peña Nieto y heredero del Grupo Atlacomulco, había logrado contabilizar 33.72% de los votos, contra 30.81% de la candidata del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), Delfina Gómez; seguidos por el candidato del PRD, Juan Zepeda, con 17.79%, y los 11.29% de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota ¿Y la segunda vuelta desechada por los partidos en 2014?.

Con esos resultados, a pesar de que los datos de la actas físicas no contrasten con los contabilizados en los sistemas computarizados, nadie tendrá la fuerza de echar para atrás este proceso y declarar nulas las elecciones por irregularidades, porque como todo el sistema político nacional, el sistema electoral está carcomido por la polilla de la corrupción.

Desde 1977, con la reforma política que legalizó al Partido Comunista Mexicano (PCM), intelectuales, campesinos, trabajadores, comuneros, sindicalistas, todos los sectores populares, supusieron que la vía electoral constituía la única vía para llegar al poder político. La caída del bloque socialista, igualmente  diezmado por la corrupción y de donde han salido misteriosamente cientos de millonarios, hizo aún más creíble la vía electoral como el medio para disputarse el poder político entre la clase política. La pasificación en Centro América y los resientes acuerdo de paz en Colombia, hoy apuestan por hacer de las elecciones la vía para llegar al poder.

Lamentablemente, la alternancia en México en el año 2000 no ha dado la certeza de que el sistema electoral mexicano esté libre de la corrupción y sea realmente trasparente, la vía para llegar al poder político. No obstante, los propios legisladores de los diferentes partidos políticos, tuvieron en 2014 la posibilidad de realizar una reforma política profunda para democratizar y trasparentar el sistema electoral; pero lejos de ello, la clase política nacional prefirió apostar a la reelección, en lugar de optar por la segunda vuelta para dar certeza a los ciudadanos sobre los resultado, como en la mayoría de las democracias en el Mundo.

Lo que estamos escuchando en los medios ahora, las lamentaciones y denuncias de los partidos que han perdido las elecciones en el Estado de México, serán las mismas que volveremos a escuchar en 2018. Pero más aún, si los partidos de oposición al PRI, en un país donde no hay ideologías sino intereses, no se unen detrás de un candidato creíble, será difícil que puedan ganar las elecciones de 2018; en cambio, Alfredo del Mazo podría llegar tranquilamente al poder, porque el Grupo Atlacomulco y la aristocracia mexicana jamás aceptarán que el candidato del PRI sea Miguel Osorio Chong.

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