La Paz.- La campaña de Evo Morales para lograr que mañana se apruebe una reforma constitucional que lo habilitaría para postularse por cuarta vez consecutiva en 2019 se ha apoyado principalmente en la marcha de la economía de Bolivia durante los 10 años de su gobierno.
Con Evo vamos bien y Evo, garantía de estabilidad económica, lemas favoritos de la propaganda oficialista, intentan reforzar la percepción mayoritaria del progreso de la nación.
La clase media, sin embargo, es la que ve con más recelo la posibilidad de que Morales se perpetúe en el poder.
En los últimos 10 años las compras en los supermercados han aumentado 600%. El consumo en restaurantes, 853%. Es la nueva Bolivia.
El país andino cuenta con 10,5 millones de habitantes, de los cuales 2,6 millones se incorporaron a la clase media desde la llegada de Evo Morales al poder, en 2006. El PIB per cápita pasó de 1.200 dólares a 3.000 en todo este tiempo. Los discursos diarios que Evo Morales ha dado estos meses estuvieron también alineados al mismo objetivo, por lo que el tópico de los mismos fue comparar la situación de cada área de la economía en 2005, poco antes de que comenzara la gestión gubernamental, y ahora. En este tiempo, el producto interno del país pasó de 8.000 a 33.000 millones de dólares, el crecimiento promedio fue de 5% anual, casi siempre hubo superávit fiscal y comercial, y las reservas de divisas llegaron a una cifra cercana al 50% del PIB, uno de los porcentajes más altos del mundo.