Reto nuclear asiático
• Washington apuesta por asfixiar económicamente al régimen de Kim Jong-un y afirma que no busca “el aniquilamiento” de Pyongyang, pero avisa de que dispone de “muchas opciones” para hacerlo
Trump no excluye la carta militar pero la guarda como as en la manga. “Ya veremos”, respondió el domingo al salir de una iglesia a un reportero que le preguntó si atacaría Corea del Norte. En sus mensajes de Twitter del domingo no exhibió el belicismo que mostró en agosto, cuando amenazó al dictador Kim Jong-un con “una furia y un fuego jamás vistos en el mundo”
El pavoroso ensayo nuclear realizado el domingo por el régimen de Corea del Norte, el sexto y más potente de los que ha hecho desde 2006, supone un reto mayúsculo al temple y la destreza geopolítica de Trump. La primera reacción del presidente de EU fue una serie de tuits a primera hora del domingo en los que dijo que “las palabras y acciones de Corea del Norte son muy hostiles y peligrosas para EU”. Más tarde añadió que estaba “sopesando, entre otras opciones, detener todo el comercio con cualquier país que haga negocios” con Pyongyang, lo que afectaría sobre todo a China.
Por la tarde, tras una reunión del presidente con sus asesores militares en la Casa Blanca, el secretario de Defensa Jim Mattis dejó asomar el garrote y advirtió de que quien amenace a EU “recibirá una respuesta militar masiva”.
La noche del domingo, la Casa Blanca informó de una llamada telefónica entre Trump y el ministro japonés Shinzo Abe en la que “se reafirmó el compromiso de EU para defender nuestra patria, territorios y aliados usando todas las opciones diplomáticas, convencionales y nuestra capacidad nuclear disponible”.
