El INAH analiza vestigios de una posible nave británica encallada en la Sonda de Campeche, donde se han encontrado piezas de artillería.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) analiza vestigios de una posible nave de guerra británica encallada en la Sonda de Campeche, ya que los materiales del pecio Cañón de cañones sugieren que pertenecieron a la HMS Meleager.
Se trata de una fragata británica que naufragó en el Golfo de México en junio de 1801, la cual fue parte de la guerra anglo-española y se encontraba en el sitio bloqueando el paso a los españoles hacia Veracruz, reveló el Instituto en un comunicado.
El INAH hace estas investigaciones a partir de análisis arqueométricos y estudios históricos en el pecio Cañón de cañones, que se denomina de esa forma por la cantidad importante de piezas de artillería que se han encontrado.
El arqueólogo Josué T. Guzmán Torres mencionó que en 1998, se estudió un cañón largo del pecio, aunque no se pudieron hallar las marcas del fundidor o símbolos del monarca reinante que ordenó su elaboración, se determinó gracias a su morfología que pertenecía al patrón de fundición británico Armstrong-Frederick, establecido como estándar para el Ejército y la Marina de Gran Bretaña, en 1760.
Guzmán dijo que al menos uno de los mosquetes que estaban embarcados en el navío naufragado correspondía a un Brown Bess, arma estándar de la milicia inglesa, usada entre 1722 y 1838.
“Que se encontrara una nave británica ahí, en el Golfo de México, era un acto de guerra que contribuía a bloquear la ruta que utilizaban los españoles para llegar a Veracruz, y asfixiar el comercio y la comunicación entre la metrópoli y la Nueva España. Datos históricos revelan una notoria crisis en la navegación española hacia el puerto en esos años”, mencionó.
El avance de esta investigación fue presentado en el Cuarto Coloquio de Arqueología Histórica, en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec.
Los restos, armamentos, contenedores cerámicos y pertrechos navales, entre otros materiales, fueron encontrados en 1997 en la zona del Triángulo —un complejo de cayos y arrecifes en el borde de la plataforma de la Sonda de Campeche, a 200 kilómetros al oeste de la península de Yucatán.
