“Es triste, estamos relegando nuestra tradición prehispánica, todos dicen Xantolo, nadie dice Mikailjuitl (fiesta de los muertos), ya no tenemos representaciones en arcos y altares”, enfatizó Felipe Amador, cronista del municipio de Jaltocán.
En entrevista para el programa “Al Aire” del Sistema de Radio y Televisión de Hidalgo precisó que la fiesta para honrar a los fieles difuntos, que se celebra en Hidalgo y en México, contagia de alegría, nostalgia, reúne a la familia, proporciona respeto, solidaridad e intercambio gastronómico.
Explicó que antes de la llegada de los españoles, existían dos fiestas, Mikailjuitl (fiesta de los muertos) y mikaltonal (alma de los muertos), y con la conquista espiritual, la llegada de la cultura y el establecimiento del convento Agustino, se mezclaron las fiestas para honrar a los muertos.
Dijo “el xantolo lo trajeron los conquistadores, por el año de 1537 a la región, pero ya había dos fiestas grandes, el Mikailjuitl que dura dos meses y el mikaltonal, con duración de cuatro días, con el mismo significado cosmogónico de rendir culto a las almas de los fieles difuntos, y en las huastecas la vivimos con cariño y entusiasmo. En todos los hogares, hasta los más pobres, hacen altares para llevar ofrendas”.
El cronista agregó “en la época prehispánica no ponían fotos e imágenes de santos, ellos representaban a los difuntos con prendas de vestir o utensilios de los difuntos, con eso representaban a sus muertos, con la conquista espiritual aparecen las imágenes de los santos, las fotos de algunos difuntos porque comenzaban las fotografías, pero seguían las prendas de vestir y utensilios”.
Por lo anterior detalló las tres partes importantes que debe contener un altar de muertos: primero el arco, que representa la puerta de entrada de las personas importantes, “en la fiesta lo más importante es el alma de los fieles difuntos y les hacemos un arco porque son los importantes”.
La segunda parte es la gastronómica, como alimentos, fruta y líquidos; y la tercera, considerada la más especial y sensible, es la espiritual, “cuando la persona mayor lleva a cabo la ofrenda empuña el copalero para purificar el altar y alejar la mala vibra y malos espíritus, va nombrando uno a uno los difuntos que se adelantaron y va diciendo lo que tienen preparado y les gustaban, en ese momento conectamos con el alma de los seres queridos”.
Por ello Felipe Amador reitera en la importancia de preservar las tradiciones, principalmente de origen prehispánico, “tenemos que preservar, nosotros tratamos que lo que los ancestros heredaron no se pierdan y no lo releguemos, eso nos da identidad”.