ESTAMOS EN UN GRITO

ESTAMOS EN UN GRITO

ALFIL NEGRO

Cuando una enfermedad se manifiesta con dolor y nada la vence, se dice que el paciente “está en un grito”, por las manifestaciones de desesperación del enfermo que hace presente su malestar con gritos y lamentos.

Acabamos de vivir la ceremonia del “grito” de Independencia en todo el país y por ello bien vale la pena ver que en el país también se vive, pero otra clase de grito, como el de los enfermos por el dolor que se tiene y que se vive en temas como la seguridad, la economía, la educación, la salud y la política.

Este estar en un grito, que en el fondo es manifestación de falta de credibilidad y confianza que provoca una profunda división que llega a la confrontación y la pelea que se da y crece sobre todo en las redes sociales entre los que aprueban y desaprueban las cosas que se dan en México.

Estamos en un grito por la inseguridad que se vive en todo la nación y que se hace presente en los escenarios terribles de asesinatos, que se dan sobre todo en determinados estados donde la muerte se pasea por calles, plazas y colonias, sin que haya una respuesta adecuada a la situación.

Crece el grito de inconformidad por la medida base para enfrentar a los criminales con abrazos, cuando lo que hace falta es simplemente aplicar la ley, porque aunque a alguien no le guste, la ley sí es la ley, es decir es el camino que nos debe dar certeza y seguridad.

Cómo no estar en un grito si por otra parte vemos que nuestros políticos, que se supone nos representan en nuestras aspiraciones y deseos de vivir mejor no son más que negociantes de sus intereses, con en cuento de que todo lo hacen por nosotros, el pueblo.

El caso más reciente es el de un señor que se hace llamar ALITO, presidente de lo que queda del otrora poderoso PRI, que bajo su conducción se ha convertido en un partidito que no representa en esta hora más que una mercancía que se vende a quien pague mejor, o de otros tipos de ganancia como parece que sucedió con ALITO, al que doblaron con pruebas que lo pudieron llevar a la cárcel, pero con su aportación para militarizar al país, salvó el pellejo y terminó por hundir al partido que supuestamente dirige.

Por eso muchos priistas están en un grito y tienen razón.

Y crece el número de los que están en un grito. De las madres que buscan a sus hijos o esposos desaparecidos, o que en vano esperan medicinas contra el cáncer para sus pequeños y el de todas las mujeres violentadas y asesinadas todos los días ,sin tener una respuesta responsable de quién debe darla.

Por eso la gente está en un grito.

En un grito, porque se apostó todo en una propuesta de esperanza que ya en los hechos fracasó.

El grito del 15 representa muchas cosas para todos, como en este momento el grito de muchos millones de mexicanos representa enojo, frustración y desesperanza porque lo que esperaban no llega y lo peor es que se ve que no va a llegar.

Sin duda, hay de gritos a gritos.

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