Home Nuestra Palabra José Luis Ortiz Santillán Estados Unidos se sale del TTP e inicia retirada del libre comercio

Estados Unidos se sale del TTP e inicia retirada del libre comercio

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Si alguien dudaba que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, estuviera alardeando con sus propuestas de campaña ahora podrá estar seguro que nunca lo hizo y las cumplirá. El presidente Trump ha firmado ya la “orden ejecutiva” para sacar a su país del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (el Trans-Pacific Partnership -TPP-), del cual formaba parte junto a México y Canadá, además de Perú, Chile, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Brunei y Vietnam, construyendo un mercado de más de 800 millones habitantes; el cual acumulaba el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) del planeta y el 30% del comercio mundial.

El TPP había sido diseñado por Washington para hacer frente al expansionismo chino y reducir su influencia en la región del Pacífico. Fue firmado a principios de 2016, después de largas discusiones secretas que condujeron a wikileaks a ofrecer millones de dólares a quien revelara el contenido de los acuerdos y sólo esperaba la ratificación de los congresos nacionales para entrar en vigor. En ese entonces, el presidente Barack Obama aseguró que los Estados Unidos seguirían siendo quienes dicten la política comercial en el planeta.

Pero el presidente Donald Trump está decidido a rediseñar la geopolítica y el comercio mundial. Por ahora, con la salida de los Estados Unidos del TPP ha iniciado la retirada de su país del libre comercio. Quienes dudaban, ahora pueden ver que la vieja geopolítica de los Estados Unidos parece no ser más la del nuevo inquilino de La Casa Blanca, quien ha afirmado que en su gobierno, en todos los temas, los Estados Unidos serán primero; por lo que prefiere que su país acumule fuerzas al interior, antes de continuar viendo cómo se diluye frente a China.

Donald Trump había dicho a finales de noviembre pasado, que su primera acción al  asumir el gobierno sería sacar a los Estados Unidos del TPP. Sólo con esa declaración, entonces había desatado un terremoto internacional, poniendo en predicamento a los inversionistas, quienes no acertaban a adivinar cuál sería la nueva política comercial de los Estados Unidos.

Los actuales socios comerciales de los Estados Unidos no ven con buenos ojos los muros económicos y físicos, detrás de los cuales quiere refundar su país el nuevo presidente estadounidense; lejos de la entrada de millones de inmigrantes ilegales y de mercancías procedentes de China, México y Canadá, pero para Trump constituye el único camino para volver a hacer de su país una potencia económica en el mundo.

Hasta hoy, las principales exportaciones de nuestro vecino son refinados de petróleo; autos; aviones; helicópteros; piezas de repuesto y medicamentos; mientras que importa petróleo crudo; autos; computadoras; refinados de petróleo y piezas de repuesto, productos que podrían pasar a fabricarse ahora en su territorio. A la vez, el destino de sus exportaciones son los mercados de Canadá; México; China; Japón y Alemania; mientras que sus importaciones provienen de China; Canadá; México; Japón y Alemania. Por lo que un cambio radical en su política comercial podría rediseñar los flujos del comercio mundial.

Aunque será muy difícil que Donald Trump pueda cambiar de un momento a otro la matriz del comercio internacional de los Estados Unidos; lo cierto es que, sí elimina el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado por los Estados Unidos, Canadá y México, los tres países de América del Norte, el comercio mundial se verá radicalmente transformado en América, puesto que después podría venir el rompimiento de otros tratados firmado por los Estados Unidos con países latinoamericanos.

Sí los Estados Unidos cierran sus fronteras al libre comercio e impone aranceles superiores al 30% ó 40%, como ha prometido el presidente Trump, seguramente transformará el comercio mundial y volverá a hacer que México enfrente su realidad latinoamericana. Será como deportar a México de América del Norte a Latinoamérica, diciendo adiós a las cumbres de los líderes de Norteamérica y a las enormes inversiones de las armadoras de autos en el país, las cuales han sostenido la inversión extranjera y el empleo en los últimos años, diciendo adiós a su propio sueño americano.

Es cierto que el lunes el presidente Trump no mencionó al TLCAN y se abren algunas expectativas con las visitas del Canciller mexicano a Washington y del presidente a La Casa Blanca en próximo 31 de enero; pero ¿quién puede afirmar ahora que el presidente Donald Trump realmente esté interesado en mantener el TLCAN y qué no impondrá aranceles a las importaciones procedentes de México, sobre todo después de afirmar ayer lunes que quienes fabriquen fuera de sus fronteras deberán pagar por vender sus productos en su país; especialmente, productos como los autos que constituyen la parte fundamental de las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos, que bien pueden fabricarse de nuevo en ese país.