Tras la monumental e histórica derrota que tuvo en las urnas, de la cual obviamente no es fácil reponerse, aunque se quiera aparentar que sí, Carolina Viggiano Austria, ha comenzado a darse baños de pueblo, a mirar como la idea del Tren Tolteca ha sido retomada por el gobierno estatal con otro nombre y algunos cambios que pocos notarán a una propuesta que no es nada nueva, ni siquiera para la ex candidata, ya que esta idea viene de sexenios atrás, eso sí, de gobiernos priistas que propusieron pero nunca lo hicieron realidad.
Sin embargo, la lección que parece que no aprende la derrotada ex candidata que sepultó al PRI y sus décadas de gloria en Hidalgo, es que además del mensaje siempre va a importar la forma en que este se transmite, ya que el calor de la política a veces nos hace declarar algunas situaciones que terminan por dañar a los colegas y miembros del mismo partido al que supuestamente defendemos.
Atacar con la historia, al menos en HIdalgo, donde los gobiernos siempre fueron priistas, es decir que los priistas no supieron gobernar, evidenciar algunas problemáticas actuales con la intención de culpar al gobierno estatal cuando corresponden al gobierno municipal que es priista es escupir para arriba, pero obviamente que estas declaraciones no están hechas a la ligera, tienen marcadas intenciones y es que para muchos, la traición que sufrió al interior del PRI, para que perdiera de la peor forma posible, tuvo un precio que no ha sido cobrado con el bono de la revancha.
Por otra parte, en la declaración hecha referente a que el gobernador de Morena propuso una reforma electoral “misógina” ya que señala que la siguiente gubernatura durará solo dos años, argumentando que por la alternancia y la acción afirmativa de género, en Morena sólo hay posibilidad de que una mujer llegue a la gubernatura es descartar de inicio la posibilidad de que el siguiente gobierno pueda ser ganado por un partido político diferente a Morena.
Este tipo de acciones nos ponen a reflexionar sobre si es estrategia política o de plano es la forma común de emitir un mensaje por parte de la política hidalguense que ha ocupado por mérito propio, eso sí, diversos cargos públicos.
Por ejemplo, en los videos de su campaña, fue idea suya o de equipo “contracampaña” a quien se les ocurrió hacer quesadillas, la actuación del 10 de mayo o el salir en su video de cierre de campaña en la huasteca, sentada mientras un hombre le boleaba las botas.
Con el panorama nacional, su cercanía con el nefasto presidente del PRI, Alito Moreno, quien dejará la presidencia el próximo 18 de agosto, surge la pregunta: ¿Hacia dónde irá Caro? Porque por el momento se puede ver que está saliendo pero por otro no se ve mucho espacio en el que pueda acomodarse, la traición a varios priistas y viceversa, genera una bomba de tiempo para las revanchas que muchos al igual que Caro podrían ejecutar.
El problema con Carolina Viggiano es que hace mucho tiempo que perdió credibilidad, por lo que ahora su denuncia sobre la escasez de agua que afecta a diversas colonias de Pachuca y la falta de un plan hídrico por parte del gobierno estatal, se ve más como un intento de golpeteo político al adversario que la tumbó en la pasada elección que una preocupación real por un problema que como muchos otros no la ha tocado ni la tocará, ya que hasta el momento zonas residenciales de Pachuca en la que viven gran parte de políticos y empresarios no han manifestado que sus enormes piscinas, cisternas ni tinacos se hayan quedado sin agua.
Caro está saliendo para Hidalgo, y Caro está quedando entre los hidalguenses como un Ricardo Anaya, un personaje de esos que denuncia problemáticas que no tiene en su realidad, que no le afectan y que al no ser así caen en la incongruencia entre lo que son, lo que tienen y lo que dicen padecer, sin embargo, siempre resulta interesante para los metiches como uno, saber de qué forma se moverán este tipo de personajes en el tablero de juego, que es el ajedrez de la política.