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Entre la desgracia, la solidaridad, la moda, la rapiña y el oportunismo

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Hasta en los peores momentos de la historia de México no pierden la oportunidad para sacar leña a su favor

Lo bueno y lo malo del ser humano en todo su esplendor, esto se ha evidenciado en estos días posteriores al sismo que nos sacudió; a unos nos sacudió el alma, a otros el miedo, y a muchos los sacudió la ambición.

Hoy día se cuentan con muchos medios productos de la tecnología, que nos permiten conocer casi al instante lo que sucede en cualquier parte del mundo, quizá por ello, esta tragedia se volvió sumamente mediática y morbosa; cual más se le podía ver en las imágenes televisivas con un celular en la mano, llamando a sus familiares, o sacando un video de las dantescas escenas.

Pero cada cual sabía el peso de lo que cargaba; primero la confusión, y de inmediato a poner manos a la obra, y es en esta parte lo que me ocupa en estos momentos, pues, en efecto, la gente se volcó a las zonas de desastre a quitar piedras, sacar gente enterrada; situación apremiante que no permitía una reflexión diferente a la solidaridad, sentimiento encomiable de los primeros momentos.

Pero después, algo sucedió, pareciese que la solidaridad dejó de ser un sentimiento, desertó de ser el principal objetivo y se cambió por otro cuya única finalidad era obtener evidencia para la posteridad, es decir, ubicarnos en el centro de la tragedia para obtener un “selfie” que nos produjese cualquier cantidad de “likes”, la solidaridad se convirtió en una moda con una personalidad diferente a la de 1985.

Luego, comenzó la desconfianza, se pensaba en los muertos desde luego, pero muchos también pensaban en sus bienes materiales, acusando que algunos se estaban aprovechando de la tragedia para ajuarearse, o bien para beneficiarse de la desgracia y hacer caravana con sombrero ajeno: dar como suyo, despensas que habían donado otros; también existen buitres que usan el cuello blanco. Lo peor de la rapiña se presentó en esta misma semana en donde, refiere la Arquidiócesis de México, un grupo armado robó, lesionó y violó a un grupo de voluntarios que llevaban víveres para los damnificados de Oaxaca.

Respecto del oportunismo, este se ha estado dando en todos los frentes, medios de comunicación, autoridades, partidos políticos, solo por mencionar a los más notorios; cada cual a su manera ha tratado de mantenerse en los reflectores para dejar constancia de su presencia al frente de la desgracia; en los medios de comunicación, buscando el “rating”, inventando novelas que después llevarán a la pantalla grande y chica; moviendo al chantaje sentimental y haciendo circo del abrazo de dos personas que seguramente si eran sinceras, pero la escena le restó sinceridad.

Y los partidos, hasta en los peores momentos de la historia de México no pierden la oportunidad para sacar leña a su favor, casi como en un concurso del “haber quien aporta más” de lo que no les pertenece; espero que esta sea la oportunidad para enterrar a muchos desechos de la política electorera.

Respecto de las autoridades, poco que decir, los principales están más ocupados en salir corriendo del lugar de la desgracia para salvarse de las patadas, otros, ensayando la escena de la descarga de alimentos y medicinas que saldrá en las imágenes televisivas; y otros más, cavando su tumba para las elecciones del 2018. Nos vemos en las urnas.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está