ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO

ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
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50 años de Mimiahuapan en Madrid

Estimados Amigos con el gusto de saludarlos a través de Plaza Juárez. El ilustre criador de bravo mexicano Don Luis Barroso Barona propietario, de 1948 a 1972 de la Ganadería de Mimiahuapan, ante la descalificación del toro de lidia mexicano por un sector taurino español, acarició el sueño de lidiar un encierro de su vacada en la mismísima plaza de Toros de Las Ventas del Espíritu Santo, de Madrid, lo que ocurrió hace 50 años.

En 1970 se proyecta la presentación de sus toros en la Feria de San Isidro de ese año, para que, además, el entonces “Torero de la casa” Manolo Martínez, confirmara su alternativa mexicana, Don Luis eligió escrupulosamente un lote de ocho toros de nota de tienta superior y los envío vía marítima a la Madre Patria a bordo del buque “Camino”, encomendando el cuidado del encierro al diestro norteamericano Diego O’bolguer. Por cuestiones de itinerario el buque que debía hacer el viaje en quince días lo realizó en el doble de tiempo por lo que los astados perdieron mucho peso, esto obligó al empresario madrileño Livino Stuyck de acuerdo con Don Luis Barroso a posponer un año la presentación del ganado mexicano que permaneció en la finca de Los Alburejos propiedad de Don Alvaro Domecq y Diez, alcanzando los cinco años y medio de edad y un excelente trapío, ante la incertidumbre del comportamiento de los bureles mexicanos las figuras españolas del momento soslayaron ser anunciados con ese encierro y por lo que respecta a Manolo Martínez su agenda ya no fue compatible con el destino de los toros que debieron ser estoqueados en el marco de la Feria de San Isidro 1971, el día 22 de Mayo, por Victoriano Valencia, el mexicano Antonio Lomelín y José Luis Parada. Los toros fueron el número 21 Hermano; el 22 Cariñoso, al que Lomelín le cortó una oreja; el 14 Manito; el 33, Amistoso, que recibió los honores de la vuelta al ruedo; el 58 Cuate y el 39 Amigo.

De esta manera, Don Luis Barroso Barona, que dejó honda huella en la historia del toreo, logró su sueño de triunfar con sus toros en la Catedral del Toreo demostrando las cualidades de bravura y nobleza que se le regateaban al toro de lidia mexicano, la sangre Mimiahuapan ha dado origen a un sinnúmero de nuevas vacadas y refresco a otras tantas, inclusive al hato de la española “Torrestrella” de Don Alvaro Domecq y Diez.

Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.

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