ENTRE EL CALLEJON Y EL TENDIDO

EL FUTURO DE LA FIESTA BRAVA 

  • Ahora mismo en España se comienza a vislumbrar la posibilidad de la reactivación de la Fiesta Brava al término del confinamiento por la pandemia de coronavirus

Por: Saúl Salvatierra García

Estimados amigos, enviándoles un cordial saludo a través de este espacio de Diario Plaza Juárez. Es incuestionable que en estos tiempos de pandemia originada por el virus SAR-COV-2, que tan severamente ha castigado al mundo desde el inicio del presente año, obligando al paro de toda actividad económica, incluyendo al sector taurino mundial, con las consecuentes y catastróficas pérdidas económicas, España sea nuestro referente, tanto en lo relativo al desarrollo de la epidemia, como en lo concerniente al futuro de la Fiesta Brava.

En primer término, por lo que hace al manejo sanitario que se dio en la Madre Patria, no obstante lo agresivo del contagio, mediante una rígida disciplina de confinamiento de la población, parece ser que se ha superado con mucho la contingencia al grado de que se comienza a regularizar, aun con restricciones, la vida productiva de los hispanos, que comenzaron a sufrir el embate del virus dos meses antes que nosotros.

En ese escenario, ¿qué ocurrió con la Fiesta de Toros en la Península y Francia?, pues una verdadera tragedia, sobre todo para el campo bravo, pues como hemos estado comentando al  cancelarse todas la Ferias, grandes y chicas, apenas iniciada la actividad taurina, miles de toros -que debieron haber sido lidiados en las plazas de toros, muchos de esos encierros ya reseñados y anunciados- permanecen en el campo y otros, desgraciadamente, han ido a parar a los mataderos, sobre todo los cinqueños, que de acuerdo a la reglamentación taurina hispana, el año entrante ya no podrían jugarse en los casos por haber excedido de la edad reglamentaria.

Ahora bien, el sector taurino español, ya lo hemos informado, encabezado por los toreros del “primer grupo”, la Unión de Toreros, así como por ganaderos y la Fundación Toro de Lidia, que preside  Victorino Martín, desde hace un mes han venido presionando a las autoridades gubernamentales en demanda de apoyos económicos, para el sector, sobre todo a ganaderos y subalternos, basando su exigencia en que el gobierno español ha destinado recursos en apoyo a las actividades culturales, como son el teatro y el cine, dejando fuera a la Fiesta Brava negándose a reconocerla como actividad cultural, situación que ha llevado a la confrontación a taurino con el vicepresidente español Pablo Iglesias.

Por otra parte al planearse el inicio de la vuelta a la “normalidad” con una serie de medidas sanitarias de “sana distancia”, y ante el reclamo de empresarios, ganaderos y toreros, el gobierno en un principio señaló que se autorizaría la celebración de festejos taurinos, pero con la condición de que en los tendidos debería de considerarse un espectador cada nueve metros cuadrados, cuando en otros espectáculos culturales las medidas han sido menos rígidas.

Así las cosas el gobierno nacional ha señalado que “las decisiones que cada comunidad autónoma tomen respecto a la movilidad de sus habitantes y al grado de activación de sus economías, resultarán decisivas para el toreo”, agregando que 

“cuando finalice el estado de alarma y las comunidades ya hayan avanzado en las fases de desescalada (finalización de la fase 3) en el final del mes de junio, el Gobierno tendrá que tomar decisiones sobre el grado de autonomía en las decisiones por cada Comunidad. Hasta ahora, la actividad de toros se hace inviable pues los máximos de espectadores en fase 2 (400) y fase 3 (800) no son suficientes (para garantizar la rentabilidad de los festejos)”. Sin embargo algunas comunidades se han manifestado a favor de la celebración de festejos taurinos e incluso han votado en sus parlamentos ayudas estimables al sector, considerándose que Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía podrían reactivar las corridas de toros a partir del mes de julio.

Tomando en consideración que, como antes se señala, España va delante de México dos meses en la lucha por el control de la pandemia, es lógico que en nuestra República estaríamos en posibilidades de reiniciar con los festejos taurinos a partir del mes de septiembre, si no existen mayores complicaciones; pero sin afán de cuestionar a nadie, no vemos que haya ningún tipo de gestión ante las autoridades por parte de los integrantes del sector taurino mexicano.

Por ahí nos vemos, ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO, si Dios lo permite.

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