Entre el boom económico y el declive industrial

TEPEAPULCO
Reportaje Parte II
    •     Por decreto presidencial del 5 de octubre de 1952, se fundó la denominada Ciudad Fray Bernardino de Sahagún


Ciudad Fray Bernardino de Sahagún, una ciudad que se proyectó como una solución alterna e idónea a las necesidades de transformación económica de la región, del estado y hasta del país, compitiendo así con la estructuración de núcleos industriales planificados, a una distancia de 102 km. de la capital de la República.

El Combinado Industrial Sahagún, surge a principios del año 1950, como resultado de las políticas de descentralización industrial, constituyéndose así en un enclave industrial promovido por el Estado de Hidalgo, en una zona predominante rural.

La poca experiencia en el territorio financiero, la inestabilidad y vulnerabilidad como población, a pesar de ya contar con poco menos de cien años de ser erigido como estado, constituyó una respuesta categórica a la realidad fundamentada de identificar al Hidalgo como una zona económica deficiente y con una marcada tendencia a la crisis, debido a su dependencia a dos tipos de producción: minerales y pulque.

Conociendo la situación crítica del estado de Hidalgo, la Nacional Financiera y el Banco de México en coordinación con la decisión gubernamental, de encontrar soluciones inmediatas a la generación de nuevos empleos, recomendaron a las empresas: Diesel Nacional y Nacional de Carros de Ferrocarril, la posibilidad de su instalación en algún lugar del estado.

Determinar la ubicación final de las instalaciones fabriles no fue cosa fácil, sin embargo los estudios indicaron que el funcionamiento más propio se establecía en esta zona Hidalguense.

El resultado de un estudio intensivo, explorado por expertos en materia financiera de la época, fue el descubrimiento del valle de Irolo, punto geográfico que forma parte de los llanos de Apan y reúne características definitivas para propiciar el establecimiento de una zona de expansión de desarrollo laboral.

Contaba con el paso de la línea de energía eléctrica Necaxa-México y el oleoducto y gasoducto Poza Rica-México, el cruce de vías de los ferrocarriles Interoceánico y mexicano y finalmente el camino Apan-Pachuca que entronca en sus extremos con la red de carreteras de la República.

A pesar de no ser noticia de orden oficial de los especialistas, se dice que llamó altamente su atención, por ser un sitio empobrecido al que se podía beneficiar considerablemente.

A pesar de que las empresas llegaron en la gubernatura de Vicente Aguirre Del Castillo, se vieron mayormente fortalecidas por el General Alfonso Corona del Rosal, quien al ver los problemas que enfrentaban las entidades aledañas, apoyó ante todo con el desdén la creación del emporio industrial, para que avanzara firmemente y se diera lo que denominó como “transformación a través de la industrialización”.

“Cabe mencionar que para la década de 1950, el índice de ocupación profesional en el estado, se basaba en un 38 por ciento de la agricultura, 49 por ciento en extracción y trabajo de minerales y el otro 13 por ciento se repartía entre el comercio y otros oficios”.

No obstante, ante tan gigantesco proyecto en puerta, existía cierto escepticismo, referente al respaldo del líquido vital necesario para cubrir las necesidades de trabajo en grandes cantidades, además de las propias de una comunidad (proyecto que ya se estaba previendo). Tiempo después se dieron hallazgos de mantos acuíferos que solventaron la interrogante, para seguir así el plan a marchas forzadas.

Con base en un comunicado de Nacional Financiera (1952) el primer consejo de administración lo constituyeron: Ingeniero Gonzalo Robles, Juan Manuel Ramírez Caraza, Frank Mayer, Carlos Prito, Luis Latapi, Praxedes Reynosa Hermosillo y Antonio Sacristán Colas, se designó como gerente de la nueva empresa a Víctor Manuel Villaseñor.

Diesel Nacional

El 20 de julio de 1951 fue constituida Diesel Nacional, con un capital social de 250 millones de pesos, aportados, en su mayor parte por el Gobierno Federal a través de Nacional Financiera, de esta manera nació una empresa que condensaba múltiples aspiraciones y deseos la cual albergaría un promedio de 12 mil empleos en su mayor auge.
Desde la fecha en que fue firmada el acta constitutiva de la Sociedad Anónima “Diesel Nacional”, ésta funcionó bajo la dirección del señor don Rodrigo Gómez hasta el mes de julio de 1955, En esa fecha se hizo cargo de la dirección general a Manuel Palavicini.


Nacimiento de la ciudad

A fin de construir la nueva ciudad, corresponde a la Secretaría de Hacienda recomendar la creación de Constructora Industrial Irolo en el año de 1952, en el mes de octubre.

Los mejores elementos materiales y humanos de esta época fueron movilizados buscando la eficacia máxima, se iniciaron los estudios de planificación y geohidrológicos.

La planificación, concebida reflejaba la adopción de conceptos urbanísticos muy avanzados; entre ellos la dotación de grandes espacios verdes que permitieran el paso seguro y agradable a las familias de los trabajadores.

Resultaba imperativo abordar diversas obras de carácter social, aparejadas a las actividades de urbanización en la nueva ciudad y en beneficio de las comunidades avecindadas.

Electrificación, caminos vecinales, puentes, escuelas, etc., fueron realizándose como prestaciones impuestas, derivadas de la aplicación de los acuerdos presidenciales de permuta de terrenos ejidales.

Desde México, Puebla, Tlaxcala y Pachuca, se inició la afluencia de trabajadores técnicos y calificados. El personal no calificado fue obtenido en la misma zona, iniciando así su asimilación gradual, que más adelante sería intensificada por medio de entrenamientos y centros de capacitación.

El cumplimiento de los programas de urbanización dio comienzo con la perforación del primer pozo, la construcción de canales para el sistema de drenaje superficial y, la instalación de los sistemas de agua y de alcantarillado.

Son tres las grandes zonas en que se divide la ciudad:

1) Industrias. 2) Habitación. 3) Servicios públicos y zona verde arbolada con campos deportivos.

Todas ellas circunscritas por una calzada para el servicio de las industrias y de la zona de habitación.

Al iniciarse en el año de 1953 los programas de edificación, se planteó la interrogante del tipo de casa que debería ser construida, partiendo de la base inflexible de comodidad y economía para las construcciones.

De esta manera se ordenó la construcción de un lote de 73 casas, en la que se utilizarían con la amplitud necesaria las más variadas técnicas y soluciones arquitectónicas, procurando conservar un mismo estilo.

Como prioridad se construyó la unidad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Poco a poco los primeros comercios fueron apareciendo cubriendo las necesidades básicas de las familias.

 El deporte fomentado por los directivos de las empresas, se volvió actividad cotidiana adoptada con entusiasmo y ejecutada en diversas variantes, usando sitios acondicionados al efecto.

Además se inicia la construcción de una guardería, escuela primaria con capacidad para 700 alumnos, una biblioteca y una escuela de enseñanzas especiales para 300 jóvenes.
La escuela de enseñanzas especiales fue instituida conociendo la necesidad de las empresas para la capacitación de mano de obra eficiente, calificada y técnica.

 Los padres de familia apoyaron la idea, pues este tipo de escuela garantizaba la educación de sus hijos, al contar con el desarrollo de ellos, con los elementos que haría necesaria la enseñanza en aquellas especialidades requeridas por las mismas empresas que los emplea a ellos.

Una vez cubierta la necesidad de educación básica, se pensó en otorgar actividades culturales así surgieron grupos de teatro experimental además de una banda de música integrada por trabajadores de la fábricas que regularmente tocaba jueves domingos en la plaza principal de Ciudad Sahagún.

En otros aspectos, los núcleos de comercio aumentaron en número y diversificación de mercaderías implicando nuevas fuentes de trabajo y reteniendo la riqueza de la localidad, con lo que se incrementaba la capacidad económica de los habitantes.
Las comunicaciones avanzaban; transportes interurbanos, correos, telégrafos y teléfonos se sumaban a las comunicaciones existentes como un medio más de integración de la nueva ciudad. Aunado a esto, se construye la iglesia y un mercado que conserva la tradición del tianguis sabatino.


Primeras edificaciones

Las primeras edificaciones fueron: unidades habitacionales, comercios, escuelas, Teatro-Auditorio,  Palacio Municipal, mercado, campo deportivo, gasolinera y estación de servicio, oficina de telégrafos, correos y teléfonos.

Con el paso del tiempo y de acuerdo a las necesidades de la población se fueron incluyendo más servicios y edificaciones con el fin de lograr la calidad de vida, que deseaban las empresas y el gobierno para sus trabajadores, convirtiéndose así de campos áridos a la nueva ciudad industrial del estado

El capital inicial fue de 30 millones de pesos: 87.5 por ciento aporte de Nacional Financiera y el Banco de México, 7.5 por ciento de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey S.A. y el cinco por ciento de la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial, S.A. Las tres empresas eran sociedades anónimas propiedad del gobierno federal.

En 1952, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través de Nacional Financiera, S.A., designó a la Constructora Industrial Irolo, S.A. de C.V., empresa que con capital del Gobierno Federal, quien debería planear, proyectar y construir una ciudad industrial, en los llanos de la Estación Irolo, en el estado de Hidalgo, para dar alojamiento y servicios sociales a los trabajadores que se incorporarán a las empresas del estado que allí se asentarían

“Fue así como nació la Constructora Industrial Irolo, cuya dirección quedó en manos del Ingeniero Ángel Carrillo Flores, quien se encargó de proceder a ejecutar las obras de la nueva ciudad”.

 Con respecto al nombre con que ésta debería ser bautizada, don Rodrigo Gómez, pretendía que fuese DINA, por lo que se opusieron ya que consideraban una discriminación injusta con respecto a la Constructora de Carros por lo que se propuso, lo cual fue aceptado, que en honor del fraile hispano, quien a cuatro siglos de distancia, en el cercano pueblo de Tepeapulco, había principiado a escribir la Historia General de las Cosas de la Nueva España, llevase el nombre de Fray Bernardino de Sahagún.

 Esto dio lugar a que Ángel Carrillo Flores, impusiese a las calles de la nueva ciudad los nombres de los frailes de la época colonial.

Y hasta la fecha son 140 industrias, entre micro, medianas y grandes empresas, las que se ubican dentro del perímetro de la zona industrial, y que atiende una demanda laboral de más de 18 mil obreros, en todos los ámbitos laborales-

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