PEDAZOS DE VIDA
Felicidades una y otra vez, un año más ha transcurrido, no somos los mismos de ayer, no somos los que crecimos mientras el tiempo encargaba de dejarnos gratas experiencias, grandes aprendizajes pero sobre todo la sabiduría que nos permite entender que somos distintos pero no tanto.
El camino se extiende, y al voltear vemos que no hay distancias ni fronteras que hagan que los lazos de amistad se rompan. Nunca bastarán las veces que se canten las mañanitas o el Feliz Cumpleaños. En la distancia mirar atrás nos permite saber que la frase “no se puede todo en la vida”, quedó pisoteada hace lustros, que el amor es diferente y la vida parece que se vive igual pero no es así, seguimos en la búsqueda del autoengaño.
El tiempo se ha ido y nosotros vamos con él, pronto no estaremos y solo quedará el recuerdo de unos cuantos, luego el olvido. Así es la vida, así hemos querido que sea siempre, desde tiempos remotos, la búsqueda de la trascendencia, del legado que ha de perdurar en la humanidad, y en otro camino que pocas veces se conjunta la autorrealización del ser humano.
Al ver a la gente reunida en mi entorno, pienso ¿En qué momento, ocurrió todo esto? sentí la muerte, la viví y ahora estoy aquí, continuando el plan, rumbo a la misión que tenemos en esta oportunidad, una más que se agota no sin antes lograr el aprendizaje que nos prepara para dejar un legado que sirva a los demás.
Y mientras escucho todo esto, me doy cuenta de que sigo dormido, que debo despertar, que sigo atrapado en el mundo de Morfeo, pero que mis oídos están despiertos, que oigo todo lo que sucede afuera de mí, y que también sigo soñando, es una forma rara de vivir, en un ensueño, en donde todo es posible y donde al final no se sabe si vivimos o si todo fue parte de un sueño.
