Con dos tercios de su mandato cumplidos, al presidente Enrique Peña Nieto se le ha caído su popularidad al 23% según encuestas. Muchos aún no entienden qué pasó con el político llamado a colocar a México en el siglo XXI con sus innumerables reformas.
El último golpe en contra fue invitar a Donald Trump a México que ofendió profundamente a todos. Sobre todo cuando cuatro horas después tuvo que escuchar al candidato republicano decir en Arizona que “México trabajará con nosotros en la construcción del muro. En eso creo, y especialmente después de reunirme con su maravilloso presidente hoy”. Donald manipula la verdad y Peña le puso en bandeja hacerlo.
El escenario es de retroceso generalizado: suben índices de violencia, bajan las perspectivas económicas, siguen las revueltas en el sur que impiden la implementación de la reforma educativa, en el norte se avecina una guerra de narcos; los escándalos de corrupción florecen y la pobreza se mantiene.
Pero, no todo es negativo: crece el turismo, las inversiones extranjeras aumentan con una constante apertura de mercados y se ha implementado un buen sistema anticorrupción.