No pueden con el Estado Islámico
- El Gobierno ha ordenado el cierre de la frontera con Libia en el paso de Ras Jedir y un toque de queda en la localidad de Ben Guerdan
Aunque las nacionalidades de los terroristas no han sido esclarecidas, la porosidad de la frontera y la dificultad de controlarla, así como el enorme flujo de tunecinos que se unen al EI potencia que nacionales tunecinos reciban entrenamiento en campos libios, como el recientemente atacado por EU en Sabartha, con la intención -según la inteligencia tunecina- de atacar en su país.
Fuerzas de seguridad tunecinas y un comando de yihadistas del Estado Islámico (EI), supuestamente entrenados en Libia se enfrentaron a tiros ayer en la localidad de Ben Guerdan cercana a la porosa frontera entre Túnez y Libia. Ejército y supuestos terroristas -que pretendían atentar contra una comisaría y unos barracones militares tunecinos- se han enzarzado en un violento enfrentamiento, que según confirmó el Ministerio de Interior tunecino, se cobró la vida de al menos 45 personas, entre ellos cuatro civiles. Fuentes de seguridad añaden que seis oficiales también habrían sido abatidos.
Tras un fuerte intercambio de disparos, el Ejército reportó la muerte de 21 yihadistas, que habrían cruzado desde campos de entrenamiento en la vecina Libia, donde el EI domina en la costa noroeste. Fuentes de seguridad afirman que el ataque fue «repelido» y que al menos seis milicianos fueron detenidos.
Según testigos, el Ejército desplegó unidades y levantó barricadas por toda la ciudad, al tiempo que pidió a ciudadanos se mantengan en sus casas y denuncien «cualquier actividad sospechosa». Además, impuso un toque de queda, que entrará en vigor a partir de las 7:00 pm y afectará a la localidad de Ben Guerdan.
El Ministerio de Interior anunció el comienzo de una «cacería» de otros yihadistas que hayan podido escapar del ataque a los cuarteles, aunque según la televisión libia, se espera que muchos hayan cruzado de vuelta a Libia.
Para evitarlo, Túnez ha ordenado el cierre de su frontera en el paso de Ras Jedir, a unos 50 kilómetros del lugar del ataque, aislando así las regiones sureñas del país, además de zonas turísticas como la isla de Yerba.