Un grupo de encuestadores manifestaron inconformidad contra el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) Hidalgo, al señalar de injusto el trato así como el incumplimiento del contrato, respecto al pago de su salario estipulado.

Recordaron que con base en la convocatoria, pasaron por el filtro de capacitación del 17 de febrero al primero de marzo, proceso por el cual recibirían un pago de siete mil 655 pesos; sin embargo solo recibieron una parte proporcional bajo el argumento que no había sido una quincena completa.

En tanto, una vez empleados y cumpliendo con el trabajo de encuestadores, el segundo contrato establecía un pago de 11 mil 525, monto que igual fue reducido, explicando que se tenían que aplicar descuentos por impuestos.

Los quejosos puntualizaron que además de esta situación, fueron objeto de malos tratos y exigencia de parte de los coordinadores, pues no recibieron viáticos para sus traslados, que consistían en 100 pesos diarios, que apenas les alcanzaban.

Asimismo les pedían trabajar horas extra sin remuneración, pese a que su horario era de 8 de la mañana a 4:30 de la tarde y en el caso de las mujeres les impidieron sumarse al movimiento el “nueve nadie se mueve”, bajo la amenaza de que les sería descontado el día.

Además comentaron que hace unos días les indicaron cerrar cada una de las manzanas asignadas, se encuentren o no los habitantes, ya que los supervisores podrían recibir un bono por cumplir con la entrega del material. Los encuestadores inconformes también informaron que ahora con la situación del COVID19, las autoridades del INEGI no les proporcionaron cubrebocas ni gel antibacterial, aún sabiendo que están en campo y tienen contacto con la población.

Indicaron que ante estás irregularidades han acudido con los supervisores y coordinadores para manifestar su malestar, no obstante hasta el momento no les han dado una respuesta al faltante del salario o a las acciones de acoso laboral.

En ese sentido señalaron directamente al coordinador Luis Tijerina, a quien calificaron de déspota, pues al acudir para expresarle la inconformidad les citó que podían renunciar, ya que al instituto no le hace falta gente.

Finalmente exhortaron a las autoridades de la delegación estatal del INEGI a qué atiendan sus demandas y den cumplimiento con lo estipulado, pues los encuestadores entraron a trabajar por necesidad.