En su primer año, la 4T dividió la cultura

*EVENTO*

El programa estrella
(Parte 2 de 3)
    •    “Cultura Comunitaria puede ser un proyecto que distorsione la misma producción de esas comunidades al volverlas un objeto de uso político folclórico”


Un programa como Cultura Comunitaria, alerta el curador y crítico de arte Cuauhtémoc Medina, ha generado divisiones innecesarias en el sector: “Cultura Comunitaria puede ser un proyecto que distorsione la misma producción de esas comunidades al volverlas un objeto de uso político folclórico. Es indudable que es importante que haya una mayor diversidad de prácticas culturales atendidas por el Estado, pero no queda claro ni siquiera que estemos ante un proceso en donde haya habido proyectos concretos de fomento y de visibilidad. La autoridad lo ha planteado de una forma protagonista y confrontacional; como si fuera un proyecto contra las prácticas de los académicos, intelectuales, artistas”, señala. También lee: Centros culturales quedan en el olvido en México María Rivera opina que con Cultura Comunitaria se han concebido desde el gobierno dos tipos de cultura: la alta y centralizada, para unos cuantos privilegiados, y la comunitaria-aficionada, para pobres. “Esto ha dejado a los artistas profesionales sin trabajo y el presupuesto se va en pagar una enorme nómina de gestores que ‘coordina’ actividades que se presentan demagógicamente como ‘redistribución de la riqueza cultural’. Un timo completo”. Otro tema que cuestiona Cuauhtémoc Medina es el de Los Pinos y Chapultepec, un proyecto del que no se sabe nada y que se entregó a un artista “constituido como el oficial (Gabriel Orozco), con una comisión que va a tener consecuencias enormes y sobre la cual no hay ni siquiera un mínimo de vigilancia pública”. Considera que “el principio de operación es inapropiado porque reitera el vicio de operación del Estado mexicano de ligar las cosas del campo cultural a la Presidencia de la República”. El curador también señala la absurda sugerencia de crear una sucursal del Pompidou en México: “espero que haya pasado al archivo de las malas ideas”. Para Alfredo Ávila, aunque fue muy positivo el anuncio de una Coordinación de Memoria Histórica, “hasta el momento no hay un programa, al menos público, de las metas, objetivos y estrategias de la Coordinación”. Considera que es contradictorio el recorte de recursos al Archivo General de la Nación y cuestiona también los recortes a los investigadores. 

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