EFE.- “Los sirios están traumatizados, se sienten abandonados por el mundo y no entienden por qué este Consejo de Seguridad es incapaz de detener la carnicería de la población civil”, dijo ayer el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, ante los miembros del máximo órgano de la ONU.
Lowcock informó sobre la “grave y deteriorada situación humanitaria en el noreste de Siria, por los intensos bombardeos aéreos y de artillería y a los combates”.
Entre el 15 y el 23 de enero murieron al menos 81 civiles, en su mayoría mujeres y niños, que se suman a los más de mil 500 civiles muertos desde que comenzó la escalada de violencia en la región noroccidental siria de Idleb, el último gran bastión opositor.