En México, cuando votamos… perdemos todos

DE CUERPO ENTERO
Perdemos todos cuando votamos, porque aunque el competir es seductor y apasionante, y aunque siempre hemos sabido de dados cargados, robo de urnas, carrusel, urnas embarazadas, e inclusive sospechábamos compra de votos, ahora esta maniobra de aprovecharse de la extrema pobreza y de la ignorancia, se convirtió en un acto cínico y descarado.

 
Los griegos además de filósofos fueron soñadores, porque imaginaban con rasgos de ensoñación comunidades pujantes y bien gobernadas. Platón en su esencial documento “La República”, afirma que teniendo el alma tres partes bien pautadas, el pueblo tendría que ser dividido en tres: 1.- Los sabios y filósofos, quienes vivirían aparte del resto de la gente, y existirían solo para gobernar, estaría exentos de trabajos groseros; 2.- La clase media, formada por los administradores de estas indicaciones de los políticos y de los sabios, y con su trabajo ayudarían al sostenimiento de este entramado de gobierno, y 3.- Finalmente el pueblo, es decir la mayoría que habitualmente poco participa, y que siendo muchas manos de trabajo darían soporte económico a este proyecto; el pueblo poco se interesa en la política o la administración, busca solo sus pírricos satisfactores.
    Posiblemente en esa época este pensamiento era oportuno, y más cuando recién el pueblo griego había sido derrotado por los espartanos en la famosa Guerra del Peloponeso, les urgía una reconstrucción.
Pero han pasado los siglos, el hombre llegó a la luna, y ahora mismo vivimos caminos inimaginables de la comunicación, el mundo se hizo pequeño, y si en esos años con grandes pensadores como Platón ya buscaban con ahínco cómo gobernar, cómo vivir mejor, cómo ser más justos, resulta que algunos países llamados del primer mundo se han acercado mucho a esta perfección, y otros como México, nos alejamos más y más.
El pasado 4 de Junio hubo elecciones en cuatro entidades de nuestra patria: Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz, y de acuerdo a informes del INE (Instituto Nacional Electoral) se utilizó en gastos de operación para la elección, es decir personal del instituto, logística etcétera, 2,368 millones de pesos, y para los partidos políticos 1660MDP, es decir un total de 4028 millones de pesos.
Son tantos millones, que de tanto oír estas cifras en otros momentos como los capitales de los exgobernadores presos, como que ya no alcanzamos a visualizar la dimensión de la cantidad. Como era de esperarse las campañas fueron de circo, teatro y maromas, como cuando los candidatos querían quedar bien con el respetable público y fueron capaces de subirse a lucha a un ring, cantar con una banda sin tono, o ponerse a vender pan en una bicicleta. Las maromas estaban dadas.
Perdemos todos cuando votamos, porque aunque el competir es seductor y apasionante, y aunque siempre hemos sabido de dados cargados, robo de urnas, carrusel, urnas embarazadas, e inclusive sospechábamos compra de votos, ahora esta maniobra de aprovecharse de la extrema pobreza y de la ignorancia, se convirtió en un acto cínico y descarado.
Perdemos todo cuando votamos, porque la competencia seductora desaparece y todos los contendientes se convierten en payasos de un circo de tres pistas; porque la compra del voto fluye como un río a la vista de todos, y de tal forma que en la misma noche de las elecciones en las mesas de debates de la televisión, los más sesudos del periodismo afirmaban con desparpajo que el partido en el poder había utilizado una técnica novedosa: encargar a cada secretario de estado diversos municipios del estado de México, para repartir mejor el dinero y de esa forma se robara menos.
Perdemos todos cuando votamos, porque la extrema pobreza ha crecido a pesar de los cacaraqueaos de los beneficios de los programas sociales, y con la compra de votos humillan más al pobre festinando su ignorancia y presumiendo sus triunfos, y eso que juraron quitarse el pan de la boca para este puñado de mexicanos.
 
Perdemos todos cuando votamos, porque dejó de ser un ejercicio de democracia, y es sola una farsa a la que sin querer participamos cuando acudimos con una dignidad sana a emitir un voto razonado, cuando ellos los del dinero mal habido buscan estrategias de cómo comprar conciencias, y ganar con trampas malditas.
Perdemos todos cuando votamos, porque ya no jugamos a una elección sino a una simulación, y aunque los partidos luzcan entre sus huestes a verdaderos malhechores como a los que a continuación paso lista y con cinismo dicen presente:
EX GOBERNADORES:
Javier Duarte (Veracruz)
Tomás Yarrington (Tamaulipas)
Mario Villanueva (Quintana Roo)
Andrés Granier (Tabasco)
Jesús José Reina (Michoacán)
Guillermo Padrés (Sonora)
Roberto Borge (Quintana Roo)
César Duarte (Chihuahua)
Eugenio Hernández (Tamaulipas)
Y muchos más que creemos deben estar en ésta lista, y sin embargo siguen enarbolando la bandera de la rectitud y de las promesas fatuas.
Para terminar una sola petición a los dirigentes de todos los partidos:
¿Por qué no se retiran a meditar, a un encuentro con ustedes mismos? Sé que en el fondo son buenas personas, y un retiro espiritual les ayudaría a apaciguar sus conciencias.
Existen en el Himalaya monasterios que acogen a los pecadores remisos, son procesos de meditación tántrica, y seguro estoy que a su regreso encontrarán otro país. Porque creo que podemos subsistir sin partidos y con candidatos ciudadanos.
Nota: el retiro en el Himalaya dura doce años.
 
 
 
 
 
 
 

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