Familia política
I
EL CISNE
Justo antes de morir, el cisne canta,
Su vida se concentra en ese instante:
Blanco, hermoso, gracioso, elegante…
Sabe que va a morir y no se espanta.
Con maduros efluvios de garganta
Manda un mensaje fuerte y arrogante.
Tiene en su vida el último desplante
para gritar que hasta en la muerte canta.
El roble, compañero de paisaje
En el húmedo borde de la fuente.
Como si fuera eterno en este viaje,
Siempre está ahí, parece que no siente.
Muere de pie, sin que su mundo acabe,
Muere en silencio, pues cantar no sabe.
II
EL ROBLE
El roble vive, es ente milenario,
Parece eterno ante mortales ojos.
Mira pasar efímeros despojos
Antes que él reclame fiel sudario.
Firme y erguido está presente diario:
Sombra, flores, madera, frutos rojos…
Milagros que, postrándonos de hinojos,
Recibimos en pródigo inventario.
Siempre de pie, viviendo se divierte.
Muchos inviernos corren por sus venas:
Primaveras, veranos… es su suerte.
Sin prisa por contar las Noches Buenas
Un día cualquiera, el árbol de la vida
Se transforma en el árbol de la muerte.
III
EL MIEDO
El cisne canta, el ser humano llora
Al descubrir el rostro de la muerte;
Ambos sienten temor, miedo muy fuerte.
Uno es instinto, el otro lo valora.
Es la angustia de estar aquí y ahora,
En esta dimensión donde se vierte
Una energía que en nada se convierte,
O en la nueva existencia que se ignora.
Un ciclo de la vida es el invierno,
Cuando se va, la primavera nace.
Solo el tiempo de un viejo no renace.
No hay esperanza que lo eterno pase;
Al llegar a las puertas del infierno,
Dante engendró su lapidaria frase.
IV
LA MUERTE
Yo admiraba a la muerte bienhechora;
Que en puntual y aplicado cumplimiento
De su fatal y tétrico argumento,
Mi vida cortaría llegada la hora.
Veía a La Parca, magistral Señora,
Que actuando con sutil refinamiento;
Sin odio, sin rencor y sin tormento
Me llevaría consigo sin demora.
Volví a sentir envidia de los muertos
Por dejarme sumido en la ignorancia
De quien sueña sin tiempo, sin distancia.
¿Serán distintos cielos y desiertos
En otra dimensión, y otra fragancia?
Morir es un dolor de ojos abiertos.