De todo corazón, a cada uno de mis lectores con su familia le deseo un Año Nuevo lleno de felicidad y muchos éxitos en lo que se proponen.
Su amigo “El Gato Seco”
La señora Juana estaba en chinga loca, desde el miércoles no le calaba ni el sol porque a pesar de haberse parado temprano, tenía que hacer la cena de Año Nuevo, se movía como leona encerrada de un lado a otro, de momento escuchó una canción, la voz venía del patio.
- Yo no olvido el año viejo porque me dejaron cosas muy buenas, me dejó una chiva, una burra tonta y una suegra loca.
La señora salió asomarse, y era su marido Pedro “El Chicharron” que llegaba muy contento, con una sonrisa en los labios, pero fue recibido por su vieja, que le dijo:
- ¡Cálmate, cabrón! No te metas con mi familia, luego se te dice algo de la tuya y cuelgas el hocico.
- Ahora a ti qué chingados te pasa, tal parece que te molesta trabajar, es tu obligación hacer la cena.
- Lo que me encabrona es que esos malditos escuincles no me hacen caso, les grito y parece que le hablo a un pinche burro, pero deja que los agarre y los voy a chingar. ¡Hoy nomás cómo truenan los cohetes, cada rato me hacen brincar! Y eso que dicen los policías que no iban a dejar vender cohetes.
- Esos son pendejos se los recogen y salen todos los comerciantes del mandado y les dan en la madre, mejor ni le buscan tres pies al gato, ¿para qué me mandaste llamar?
- Para que me ayudes, nada más te haces pendejo, te metes a la cantina y de ahí no te sacan, parece que tu madre te tuvo ahí, y soy la que pago el pato, tengo que hacer los tamales, la ensalada, el mole, sopa fría, aparte otro menú para el recalentado, limpiar la casa.
- Yo claramente te dije que no invitaras a toda tu familia, vienen desde los abuelos hasta los novios de tus hermanas, no mames, haciendo la cuenta son más de 40.
La señora le respondió:
-¿Y tus invitados, que son un madral? También tu madre se dio el lujo de decirme que iba a venir acompañada de tu padrastro y que a él le gustan las bebidas finas. Hay sí no gritas, cabrón.
- Mira vieja, no es día de pelear ni discutir, está bien que vengan los que quieran. Te voy a dar una sorpresa.
‘El Chicharrón’ era un cuate a toda madre, siempre le disparaba el pulque a cualquier gorrón que se le acercaba, era un chaparro flaco, bigotón, que se parecía al artista de cine “el Chicote”, le dijo a su vieja:
- Mañana mismo quitas todas esas chingaderas que tienes en la cocina, porque voy a pintarla, lavas los jarros y cazuelas, que queden rechinado de limpios, y al tinajero le das una manita de pintura, que quede a todas emes.
La señora sorprendida, le preguntó:
- ¿Ora por qué?
- No te has pendeja, el jueves es tu cumpleaños, así que vamos a celebrar doble, el año nuevo y tu cumple, te voy hacer una pachanga de pelos, voy a mandar matar la puerca y la hacemos en carnitas, también les vamos a dar cuello a las gallinas, haces un arroz con un mole, como tú sabes hacerlo, voy a comprar cervezas, pulque y unos pomos, ponemos el estéreo y bailamos hasta que las pinches patas se nos hagan planas.
- A tu familia y la mía, así como a los compadres y amigos, les vamos a dar de tragar hasta que queden como chinchitas, voy a pedir un préstamo ahora mismo en mi trabajo, sacaré mis ahorros, voy a contratar un mariachi para que te canten la Martina.
- No mames, viejo. ¿Qué te paso? Si todavía ayer me diste de madrazos, me arrancaste mis greñas cuando me arrastraste en el patio.
- ¡Oh chinga! El que te quiere te pega, además a las viejas de vez en cuando hay que darles de madrazos para que no rebuznen. Haz lo que te dijo.
- Está bien, viejo, la familia ya está invitada.
- No pierdas el tiempo a lo güey, avísale a tu mamá y como es re chismosa la vieja, ella se encargará de avisarle a toda su raza. ¿Sabes a quién no voy a invitar a la fiesta?
- ¿A quién?
- A mi compadre “El Catarrín? Que dios me lo perdone pero es re gorrón, aparte de traer a su familia, es capaz de invitar a la de su vieja y a sus cuates como si fuera su fiesta. La otra vez que lo invitó mi jefa, llevó a un diputado del PRI, llegó con un chingo de cabrones, se acabaron todo el chupe y querían más, entre mis carnales y mi jefe los sacaron a empujones porque no se querían salir.
- ¡Hijole! ¿Pero qué le voy a decir a mi comadrita cuando me pregunte de la pachanga?
- Córtale la vuelta, si la ves, te pasas como mula y no la peles.
- Pero en la mañana cuando fui al baño la encontré y le dije que la esperaba con mi compadrito.
- ¿A qué horas le dijiste que llegaran?
- Después de las 10 de la noche.
- No te preocupes, atrancamos la puerta y a nadie le abrimos.
La señora Juana se fue a sentar a la orilla de la cama, muy triste, estimaba mucho a su comadrita y le dio mucho sentimiento lo que le dijo su viejo de no invitarlos. Subía y bajaba el moco, entró “El Chicharrón” y le preguntó:
- ¿Qué te pasa calabaza? Hace un ratón estabas bien y ahora te achicopalas.
- Es por lo que me dijiste de mi compadre.
- ¡Chitón! Eso no se discute, y cállate el hocico porque me puedes hacer encabronar y en lugar de hacerte una fiesta te hago un velorio.
La señora hizo pucheros como niño cagón, y soltó el llanto, eso conmovió a Pedro, y le dijo:
- Está bien, los vamos a invitar, pero voy a poner un letrero en la puerta que diga: “No se admiten Hojaldras” para que mi compadre entienda el mensaje y no lleve a sus amigos.
La señora limpiándose los ojos, le dijo a su señor:
- Quiero que invites a Juanito, se acaba de juntar con mi hermana “La Chata”
- ¿Al que trabaja en el Panteón Municipal como enterrador?
- Ese mero. Hay que tener buenas relaciones, para cuando te mueras te rasque el hoyo.
- ¿Qué pasó vieja, no me amueles? Le habías de decir a tu jefa que te venga a echar la mano para hacer el mole, lo que sea de cada quien lo hace muy rico.
- Le voy a decir, ojala y la encuentre de buenas, si no me va a decir que la queremos agarrar de gata, luego me echa sus truenos cuando se enoja, me vaya a decir que por qué no le dices a tu madre.
- Me voy a llevar la puerca con el carnicero para que la mate, se la llevo uno día antes para que no la extrañes, ya que la quieres como una hermana.
- No mames, me da mucha tristeza que la puerca se vaya señorita a la muerte, la quisimos cruzar con el puerco del zapatero pero le salió mayate.
- Ni hablar, a ese pinche puerco y su dueño les gusta el aguayón.
“El Chicharrón” se llevó jalando a la puerca con un lazo amarrada del pescuezo, cuando pasó por la cantina, salió “el Pelón” y le gritó:
- “¡Chicharrón! Ven.
- Espérame un momento, nada más llevo a tu novia con el carnicero, pinche puerca no quiere caminar.
Cuando regresó se metió a la cantina, se empujó una cerveza e hizo invitaciones a lo cabrón, hasta al “Chícharo” de la peluquería, llegó el famoso jueves 31 de diciembre en la madrugada. “El Chicharrón” fue a despertar a los músicos que vivían en la vecindad, eran unos mariachis, les estuvo tocando con una piedra la puerta porque no le querían abrir. Cuando lo hicieron, les dijo muy enojado:
- Órale, pinches músicos rasca tripas, ya mi chancluda se va a levantar y ustedes durmiendo, bien dicen que músico pagado toca mal son.
- Es que acabamos de llegar carnal, tuvimos un chingo de chamba, mira mis dedos de tanto tocar la guitarra, mi carnal quedó cachetón de soplar la corneta, déjanos descansar y mejor de mañanitas le tocamos las nochecitas. Sirve que se las cantamos al año nuevo.
- Ni madre, a ese se las canta San Pedro, agarren sus instrumentos o los saco de las greñas, el que hayan trabajado toda la noche es su pedo, yo les adelanté una lana y ahora me cumplen.
“El Chicharrón” no se movió de la puerta hasta que salieron todos los músicos, iban chinguinosos y los llevó a la ventana del cuarto donde dormía su vieja.
- Órale chinga, comiencen a tocar, parecen músicos de pueblo, en afinar y en miar se les va el turno, ahora cantan o les apachurro el buche.
De momento, el silencio fue interrumpido por la música y los mariachis que cantaban las mañanitas. Los perros no dejaban de ladrar.
- “Que linda está la mañana en que vengo a saludarte, venimos todos reunidos con placer a felicitarte…”
Varios vecinos salieron y comenzaron a cantar, que parecía una estudiantina. Doña Juana salió por la puerta grande, muy contenta, soltando una sonrisa de oreja a oreja.
- Muchas gracias, viejo. Muchas gracias a todos.
La señora chilló de gusto, limpiándose los mocos con la manga de su suéter, los vecinos y familiares le aplaudieron, “El Chicharrón” fue abrazarla y todos en coro gritaron:
- ¡Beso, beso!
- A ver, pare la trompa, vamos a complacer a los vecinos.
Desde ese mismo minuto comenzó la fiesta, cerca del mediodía llegaron un chingo de gorrones sin llevarle regalo a la festejada, solo le daban un abrazo. Sirvieron el arroz, el consomé, el mole, las carnitas, para que no les hicieran daño se aventaron sus caballitos de tequila, pasaron las horas y llego la medianoche.
Se escuchaban los cohetes, lucecitas en el cielo, y cómo jefe de familia habló recibiendo al Año Nuevo.
- Damos gracias a Dios que nos ha dejado llegar al 2016, y como regalo nos dé hasta el 2040.
Se dieron el abrazo todos los presentes, deseándose miles de felicidades.
Tomaron todo lo que quisieron, algunos bien pedos se salieron como burros sin despedirse, los familiares le pedían el taquito a doña Lucha, otros se aventaba la caminera. “El Chicharrón” bailaba de cartón de cerveza con su vieja, que estaba súper feliz, luego su viejo comenzó con las cruzadas y valió madre, se emborrachó y se quedó dormido en una silla.
Cerca de las 8 de la mañana del 2016, se terminó el reventón cuando la señora Juana fue a despertar a su viejo, que tenía la cabeza colgando, se llevó una sorpresa al verlo que tenía el hocico chueco.
- ¡Ay, cabrón! Ya ves por comer mole y salirte al baño sin echarte sal, se te fue la boca de lado.
Pedro “El Chicharrón” al verse en el espejo que su boca le llegaba a la oreja, le dijo a su vieja que le metiera el dedo y la jalara hasta que le quedara como la tenía. La señora hizo la lucha por enderezarle el hocico, pero lo acabó de madrear. Lo llevaron con un médico pero no lo pudo curar. Pasaron semanas, meses, y Pedro no pudo soportar que su vieja le diera de comer por una oreja, y se suicidó, se tomó el veneno para las ratas.
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