Home Un Infierno Bonito EN EL PERSONAJE DEL BARRIO DE HOY.

EN EL PERSONAJE DEL BARRIO DE HOY.

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LALO “EL CACHUCHAS”
Lalo “El Cachuchas” vivía en una vecindad de la calle de Bravo en el barrio de “La Palma” su mujer lo había abandonado, se fue con otro hombre, llevándose a todos sus hijos, dejándolo como perro. Su mamá doña Herminia, era una señora muy viejita, chaparrita, muy buena gente, sufría mucho al verlo flaco, descolorido, desganado por las madrizas que llevaba en la mina. Las borracheras, las desveladas, las crudas que lo estaban matando

Lalo, había jurado ante una virgen ante un altar que nunca se iba a juntar ni casar con ninguna vieja, por muy buenota que estuviera, las tenía apuntadas como traidoras e ingratas. El tenía su vivienda a media vecindad, del barrio del Arbolito, su mamá diario le llevaba de comer.
Una vez la señora se espantó porque le estaba tocando muy fuerte y no le abría, pensó que algo malo le había pasado, encarrerándose le dio unos caballazos a la puerta, con el fin de tirarla, pensó que su hijo se había muerto, “El Cachuchas” se paró a abrir, tenía todos los pelos parados, parecía que lo habían espantado, estaba chinguiñoso y al bostezar abría todo el hocico, que se le veían las tripas.
    •    ¿Qué le pasa, jefa? No ande tocando en esa forma que me espanta. Pensé que era el pinche abonero, que es muy necio y no deja de tocar hasta que le abran.

    •    Es que es mediodía y tú durmiendo. Te traje de comer unos nopalitos en chilito verde, están picosos, te van a caer bien para la cruda.

    •    Gracias, pero en lugar de comida me hubiera traído una cerveza bien muerta, que tengo mucha sed.

La señora miró la casa y le dijo:
    •    Mira nada más cómo tienes tu casa, con mucha basura, me cae que has de tener  pulgas, por eso te andas rascando, hasta ratas hay, cuando estaba tocando salieron varias.

La señora agarró una escoba y comenzó a barrer.
    •    No manche, jefa, polvo en la mina y polvo aquí, mejor me voy a la cantina a curármela.

    •    Ya no tomes, hijo, te va hacer mal, tu padre murió de una cruda mal curada, por eso comete lo que te traje.

La viejita se quedo hablando sola, “El Cachuchas” se salió como burro, llegó a la cantina a buscar el mejor remedio para curársela. Le dijo al cantinero:
    •    Sírveme una pinche piedra, que me muero.

El cantinero le sirvió medio vaso de tequila, le echo muchos hielos, y luego un vermut Bernetti con una pizca de anís. “El Cachuchas” se la aventó de un solo trago, comenzó a sudar y pidió la otra. Dentro de la cantina estaban sentados en una mesa “El Muñeco” “El Mono” y “El de Perro” que lo llamaron para que se fuera a sentar con ellos.
    •    “Cachuchas”, ven.

    •    ¡Qué chingados quieres!

    •    Ven cabron, esto te conviene.

Se acercó y le ofrecieron una silla para que se sentara, cuando lo iba hacer se la quitaron, cayendo de nalgas, soltaron la carcajada, pero “El Cachuchas”, muy enojado, les dijo:
    •    Otra  mamada que hagan y me cae que les parto cuanta madre tengan a los tres.

    •    Ni aguantas nada, sólo fue una broma. Te voy a invitar una cuba por el nalgazo que te diste.

    •    Ni madre, ya no quiero nada.

    •    Órale güey, no te aprietes tu calzón. Te vamos a pasar una onda que va a gustar.

Le dijo “El Mono”:
    •    La cuñada del “Chinches” esta re buenota, se ve que tú le gustas, porque me preguntó por ti. ¿Por qué no te avientas al ruedo?

Lalo se levantó de la mesa gritándoles:
    •    Ya les dije que a mi no me interesa ninguna pinche vieja.

    •    Pero de qué te quejas, cabrón, tu vieja al irse te hizo un gran favor de llevarse a tus hijos, te dejó libre. Yo cada rato corro a la mía y no se va la cabrona.

Le dijo “El Perro”:
    •    Te conviene que te juntes con la hermana del “Chinches”, mírala bien, tiene unas nalgotas que dan miedo, además es muy trabajadora, en este tiempo, viejas que trabajen no las hay. Ve a la vieja del “Muñeco”, anda toda greñuda por huevona de no peinarse, no se baña y para no sentarse hace de la chis parada, por eso tiene las patas chorreadas. 

“El Cachuchas” se levantó y golpeó la mesa, se derramaron las cubas, mojándoles las piernas a los que estaban sentados, se levantaron rápido y enojado, le dijo uno de ellos:
    •    No mames, pinche “Cachuchas”, me va a quedar la mancha en el pantalón y van a pensar que me mié.

El cantinero fue a limpiar la mesa y el suelo y les dijo:
    •    Para la otra vez que vuelvan a tirar las cubas, se van a tomar a casa de su madre.

Le dijo “El Muñeco”:
    •    A ti qué pendejo, sales ganando, se te están pagando, ¿o se te debe algo?

    •    Entonces límpienle ustedes, pendejos.

Le dijo “El Muñeco” al “Cachuchas”:
    •    Me cae que si no te buscas a una vieja te vas a volver mayate, así le pasó al “Garrapata”, se le murió su vieja y anduvo muy pegado con Carlitos, el puñal, y hasta la fecha se lo anda echando.

Les dijo “El Cachuchas”:
    •    ¿A ustedes qué chingados les importa si me caso o no?

Le contestó “El Trompita de Perro”:
    •    Porque eres nuestro amigo, además vemos cada día a tu jefecita más viejita, trabaja mucho en lavar tu ropa en plancharla, y hacerte de comer, un día Dios no lo quiera se te va a morir y va a quedar en tu conciencia que la echaste al agujero. Piénsalo, si te llevas a la hermana del Chinches vas a tener chacha gratis. Además con la vieja que se fue estabas juntado, con la hermana del “Chinches” te puedes casar, formar un hogar y te calienta los huesos, porque con este pinche frío que hace, un día vas a amanecer tieso.

“El Cachuchas” se fue emocionando porque lo convencieron  sus amigos y les dijo:
    •    Tienen razón, mañana temprano el busco.

    •    Ese es mi “Cachuchas”, nada más acuérdate que nosotros te dimos el consejo, siempre estaremos aquí para que nos des las gracias de tu felicidad.

    •    Se los juro por Dios que nunca los olvidare, los buscare como tu dices para agradecerles lo que hacen por mí. La que va a brincar como chivo es mi jefecita, dice que Juana la hermana del “Chinches” es muy puta.

    •    No le hagas caso, a madrazos se lo quitas.

“El Cachuchas” anduvo atrás de Juana, dándole regalos, invitándola al cine, hasta que se hicieron novios, siempre la tenía en el callejón dándole sus buenas raspadas, un día le dijo a su mamá doña Herlinda:
    •    Le tengo una noticia jefa, pienso en casarme y dejar el vicio, estoy curado de la ingrata que se largo.

    •    Eso mismo te iba a proponer desde hace tiempo, no sabes el gusto que me da. ¿Quién es ella?

    •    Usted la conoce, es Juana la cuñada del “Chinches”, la hija del zapatero, es mi novia y vamos a casarnos, le avisé a su familia de ella, sólo faltaba usted.

La señora hizo una cara muy triste y mirándolo con ternura, le dijo.
    •    No mames, hijo, esa vieja le ha dado vuelo a la hilacha con todos los del barrio, perdóname lo que te voy a decir, pero sólo busca un pendejo que la mantenga.

    •    No sea celosa jefa, me caso y usted ya tiene gata de planta, así no trabajara como negra.

La señora se cansó de decirle muchos secretos que no sabía su hijo, que la mujer había tenido 3 maridos y la habían dejado por encontrarla con otro. “El Cachuchas” no entendió, fijaron la fecha de la boda. Arreglaron la vecindad y se casaron por las tres leyes. Al pasar el tiempo, Lalo “El Cachuchas” se dio cuenta que su vieja era una cajita de Pandora, poco a poco corrió a doña Herlinda, la mamá del “Cachuchas”, de su casa y se llevó a vivir a sus padres. El zapatero ya no trabajaba y tenía 4 hijos que tampoco lo hacían,
Su vieja comenzó a decirle que le aumentara el gasto porque con lo que ganaba no le alcanzaba. “El Cachuchas” en la mina se quedaba a doblar turno para sacar más dinero, su situación era difícil. A los pocos días murió su mamá de Lalo, para que no gastara en su entierro, su mujer quería que la fueran a dejar en la fosa común. “El Cachuchas” se opuso y tuvieron una bronca donde entró el zapatero, su vieja y sus cuñados, que aparte de madrearlo lo corrieron de su casa.
“El Cachuchas” lo primero que hizo fue meterse a la cantina a buscar al “Muñeco”, al “Mono” y al “Perro”, al verlo se levantaron para saludarlo, pero les puso una madriza a los tres, que los dejó casi muertos, el cantinero le preguntó:
    •    ¿Por qué les pegaste, si son tus amigos?

    •    Debería matarlos para que para otra vez no le den consejos a nadie. Y no se metan en lo que no les importa.