Home Nuestra Palabra ¿En dónde está?

¿En dónde está?

0

RELATOS DE VIDA

Los vecinos estaban muy preocupados, se habían congregado en la esquina en donde desde hace más de 20 años se encuentra ubicado un pequeño puesto de periódicos propiedad de Don Herminio.
El señor de casi 60 años es conocido por todos los vecinos, ha sido testigo de los cambios en la colonia, de la construcción de la escuela comunitaria, uno año después el mini súper mercado, seis meses posteriores, de la segunda privada.
También es un historiador de las desgracias del fraccionamiento, desde la inundación, la caída de una avioneta, el incendio del campo de fútbol; y de las carencias, como la escasez de agua por cerca de un mes y el desmejoramiento de las calles, hasta el extremo de abrirse un boquete y caer un carro.
Don Herminio es amigo de todos y su desaparición ha generado inquietud en la colonia, por eso los colonos han realizado una junta vecinal para consensuar las estrategias para su búsqueda y en todo caso, el rescate; pues ya habían ido a su casa, ubicada a dos cuadras del lugar, y estaba sola.
Para ello, han realizado carteles de “SE BUSCA” para pegarlos en los colonias cercanas e incluso en la gran ciudad para dar con su paradero, en el papel se observa una foto y la descripción: hombre alto, cabello corto y canoso, ojos grandes y color café, cejas pobladas, nariz chata, labios gruesos y tez apiñonada; señas particulares, diente incisivo de oro.
Una de las peculiaridades del ahora desaparecido era su gran interés por apoyar al prójimo, así que para los vecinos era inconcebible pensar de alguna persona que quisiera hacerle daño, además de que en su puesto de periódicos solamente obtenía lo necesario para sobrevivir.
Los equipos estaban formados para colocar los carteles en diferentes zonas, pero también para escudriñar, si era indispensable, hasta por debajo de las piedras hasta encontrarlo. Ya habían pasado tres días y las labores no habían sido satisfactorias.
En una nueva reunión  mientras esperaban la llegada de todos los vecinos, doña Jovita informó de un accidente automovilístico ocurrido exactamente hace tres días, en la carretera de acceso a la colonia aledaña, desconocía las causas aunque sí que habían salido lesionadas dos personas y había una persona fallecida.
Lo que doña Jovita dijo como mera información causó intriga en los habitantes preocupados, quienes en reacción se voltearon a ver y con la pura mirada decidieron dirigirse por equipos a hospitales, cuarteles de policía e incluso el Servicio Médico Forense.
Ya de madrugada el mensaje llegó a los vecinos: “lo encontramos, nos vemos en el puesto en media hora”, la noticia había causado alegría y se preparaban para recibir completa la noticia. Ya en la esquina llegó un auto, el vecino Julio descendió y dirigiéndose a la multitud dijo: -lo encontramos, lamentablemente fue en el SEMEFO.
Pero ¿Qué pasó? – contestaron al unísono – fue atropellado hace tres días, al parecer caminaba sobre la banqueta, los chicos que manejaban el auto estaban borrachos, perdieron el control, se subieron a la banqueta y lo aventaron más de dos metros, y su muerte fue instantánea, al no tener identificación lo dejaron en calidad de desconocido esperando a que alguien lo fuera a reclamar, pero además era difícil porque su cara está irreconocible, lo único familiar es su diente incisivo de oro.
El grupo lloró la perdida, pero además reclamaron el cuerpo, velaron y le dieron cristiana sepultura; y su puesto de periódicos se convirtió en una pequeña capilla en homenaje y para recordarlo diariamente.