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¡Emergencia alimentaria en Argentina!

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  • De aprobarse la ley, implicaría un incremento del 50 por ciento del presupuesto a políticas de alimentación

“Está claro que no es lo mismo comer que no comer. Está claro que hay una mayor demanda sobre los comedores existentes”

EFE.- La Cámara de Diputados de Argentina comenzó este jueves a debatir el proyecto de ley de Emergencia Alimentaria y Nutricional, presentado por la oposición y que plantea un incremento de al menos el 50 % del presupuesto a políticas de alimentación y nutrición, para paliar los efectos de la grave crisis económica.

En la práctica, la iniciativa plantea la prórroga hasta el 31 de diciembre de 2022 de la Emergencia Alimentaria Nacional dispuesta por decreto en 2002 -tras la crisis del 2001, en la que se instauró el ‘corralito bancario’ que limitaba las extracciones de dinero de bancos- e impulsa la creación del Programa de Alimentación y Nutrición Nacional.

MANIFESTANTES ACAMPAN POR EMERGENCIA ALIMENTARIA

Manifestantes y miembros de organizaciones sociales argentinas amanecieron ayer acampados en la céntrica avenida 9 de Julio de Buenos Aires. Reclaman un plan de emergencia alimentaria por la escalada de la crisis económica.

Esta medida de presión, que se inició ayer frente al Ministerio de Desarrollo Social y se prolongará en principio hasta este viernes, acompaña a un proyecto que se debate en la Cámara de Diputados para prorrogar hasta 2022 la emergencia alimentaria decretada en 2002.

LA OBSESIÓN ARGENTINA POR EL DÓLAR

En un bar, en el supermercado, a la hora de comer o a la salida de la escuela, gran parte de Argentina se hace históricamente la misma pregunta: “¿A cuánto está hoy el dólar?”. La respuesta es capaz de hacer temblar al país entero, azotado por repetidas crisis que han tenido a esa divisa como protagonista y la han metido en un particular círculo vicioso económico y cultural que parece no tener fin.

Como el tango, el fútbol y el asado, el dólar se ha ganado a pulso, década tras década, un puesto en el podio de tradiciones de la sociedad argentina, obsesionada con una moneda que no es la suya pero que la ha adoptado como el mejor instrumento para conservar sus ahorros y huir del siempre endeble y devaluado peso.