PULSO DEL MEZQUITAL
El Covid-19 se queda corto, “atontejado”, cuando hablamos de un virus igual de letal o peor, porque no solo contamina los cuerpos, sino también las mentes y los corazones, que solo de pensar, más que poner la piel de gallina, nos revuelve la panza y dan unas ganas de cantar Guadalajara. Nel, no me refiero a TV Azteca, que pidió a los mexicanos salir a las calles y desobedecer la cuarentena, nomás porque traen un coraje atravesado contra el gobierno federal que les ha metido el freno hasta el fondo por pasados de lanza.
Me refiero a los resentidos sociales, esos que nomás están viendo quién cae o resbala. En estos tiempos del Coronavirus, nunca falta alguien con un teléfono inteligente y unas manos de estómago, para documentar todo. Ya hasta da miedo de salir cuando nuestra jefecita nos manda por las tortillas o por la coca, porque no falta uno de esos resentidos sociales nos tome una foto y la suba a “Quemones S.A de C.V.” y entonces sí, se nos descarguen todos los comentarios mala leche, solo por desobedecer las reglas de la cuarentena.
Y si uno es fifí, peor, las cosas se ponen color de hormiga si uno saca al Salinas que todos traemos dentro, tipo “¡ni te veo, ni te oigo!”, aplicando el: “o sea, ahorita te atiendo, porque estoy ocupado en mi cel” (dele el toque fresón), porque nunca falta el resentido social, que aprovechando las cámaras nos reclame cosas, así, bien horribles, olvidándose que hasta en las combis hay rutas, que hasta en la ropa hay etiquetas, criticándonos el buen gusto y el porte a la hora de vestir, nomás porque uno puede darse ciertos gustitos, como el andar de traje en medio de una tragedia.
Qué triste. O sea, algo parecido, sufrió, el presidente municipal de Nicolás Flores, Nicolás González Elizalde, quien después del incendio forestal que afectó a 10 comunidades de su municipio, se presentó con los afectados.
Ese día, el alcalde se puso en modo “mamón” y decidió que no quería escuchar reclamos, pues estaba más entretenido en su cel, lo cual generó molestia entre los presentes, quienes se la hicieron bien de “flatulencia”, exigiéndole no solo prestar atención, sino además le echaron en cara, que durante el incendio ya estaba activado su modo papirrín, insufrible y payaso, pues jamás se presentó en el lugar del siniestro, ni las manos metió, tampoco su personal, pero además, buscó impedir el acceso directo de víveres donados por la población y lo peor, nunca se solidarizó con las víctimas.
Todavía en las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad en Ixmiquilpan, el alcalde fue víctima del rencor acumulado, porque se le ocurrió amenazar a un vecino del poblado. El presidente debería entender y aplicar esta máxima de María de Todos los Ángeles: “¡entre nosotras no hay que ser payasas, porque la que es payasa, cae gorda!”
Pero entre todo lo malo, hay cosas y acciones que sacan a relucir nuestra bondad y generosidad, ah y no, no hablo de la sociedad civil, sino de los políticos que aprovecharon la tragedia para juntar víveres, poner sus caras de compungidos y sacarse la foto, saludando con sombrero ajeno.
Ahí está el caso de políticos de Morena, PRI, PT y hasta Edmundo Ramírez, precandidato del PAN por Ixmiquilpan, que según los resentidos sociales, no tienen progenitora, no solo por irse a parar el cuello con lo que ni les costó, sino que aprovecharon para lucrar con la tragedia y hacerse publicidad.
En corto
*El presidente municipal de Ixmiquilpan, ha expulsado a su esposa de la organización SION, asimismo la ha orillado del proceso interno para la elección de candidatos a la alcaldía.
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