RELATOS DE VIDA

Soledad es una señora de 56 años de edad, siempre ha gustado de vestir a la moda, ropa adecuada que la haga sentir bien, ni muy juvenil ni tampoco tan aseñorada, prefiere que su imagen sea fresca.
Cierto día viendo la televisión, observó a una actriz, como de su edad común vestido que le encantó, en la parte alta encaje y de la cintura hacia la espinilla amplio, sin vuelo y con estampado de flores.
A partir de ahí, se volvió una obsesión encontrar un vestido similar, el cual aseguraba, sería ideal para el próximo evento que tendría, la boda de su sobrino y por lo cual tendría que ir echando tiros, porque siempre se ha caracterizado por su elegancia.
Emprendió su búsqueda, fue al centro de la ciudad y visitó todas las boutiques que conocía y hasta las que no, recurrió también a internet a portales de casas de moda y también en buscadores ingresando las características del vestido, pero todo sin resultados satisfactorios.
Ya no sabía que hacer, la obsesión ya era muy grande, incluso durante una semana en sus sueños aparecía el vestido, algunas veces ella lo portaba y en otras ocasiones alguna conocida o amiga  aparecía con el.
Finalmente en un último sueño, alguien aparecía y le sugería visitar una tienda que se ubicaba a las orillas de la ciudad; y por la mañana haciendo caso del aviso, se arregló y corrió al dichoso punto y para su sorpresa, el vestido estaba en el aparador.
Aún no lo podía creer, ingreso al establecimiento, pidió el modelo en talla 34, se fue al vestidor y se lo puso, estaba tan ilusionada en saber que se veía, y al salir obtuvo otra sorpresa, no se veía bien, tanto lo había soñado y pensado que su expectativa fue tan alta, que no pudo alcanzarla, su baja estatura hacía que se viera como el carruaje de Cenicienta.
Así que solo devolvió el vestido, y salió de la boutique, y para calmar su coraje su fue a un centro comercial a comprar más atuendos, salió contenta, pero aún insatisfecha.