El tigre, el diablo, el coco y otros miedos (Un día después)

FAMILIA POLÍTICA
    Los momentos inmediatamente anteriores al día “D” normalmente “calientan” el ambiente (robo, falsificación de boletas, circulación de grandes cantidades en efectivo, de origen y destino inciertos; atentados contra candidatos, guerra sucia y amenazas en medios, etcétera).

 “Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone El Coco
y luego le tiene miedo”.

Sor Juana Inés de la Cruz.

“No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla” dice conocido refrán en alguna de sus múltiples versiones.  Cuando estas líneas vean la luz habrán pasado algunas horas después del cierre de la elección presidencial, eje de otras de menor rango y relativa trascendencia.
    Si nos apartamos de la visión determinista y entendemos que “el hombre es él y su circunstancia” estaremos de acuerdo en que detrás de cada voto debe haber una reflexión y en que toda decisión es una apuesta.  Se puede ganar o perder; en política ninguno de los dos resultados, perdura para toda la vida.  Los triunfadores de hoy, pueden ser mañana, repudiados en la derrota, y quienes ahora pierden, en el futuro tendrán posibilidades de rehacer sus lauros.  Lo único definitivo es la muerte (salvo prueba en contrario).
    Dicen que “el que espera, desespera”; esa desesperación es eficaz caldo de cultivo para que los errores se reproduzcan y/o magnifiquen.
    Los momentos inmediatamente anteriores al día “D” normalmente “calientan” el ambiente (robo, falsificación de boletas, circulación de grandes cantidades en efectivo, de origen y destino inciertos; atentados contra candidatos, guerra sucia y amenazas en medios, etcétera).
    Metodológicamente, los observadores se obligan a imaginar escenarios optimistas, pesimistas e intermedios, antes, durante y después del desenlace.  La Prospectiva (técnica para visualizar el futuro), intenta la predicción de resultados y sus consecuencias mediante la interpretación de esos escenarios, los cuales suelen combinar, entre otras, las siguientes categorías: Deseable, No deseable; Probable, No probable, Catastrófico, etcétera.  Pretende evaluar, a priori, el teatro de la vida pública.  Ejemplos 1) Deseable y probable 2) Deseable pero no probable 3) No deseable pero probable 4) No deseable ni probable… El tratamiento de este tema es, aquí, necesariamente incompleto, por cuestiones de espacio.
    Durante la jornada, es deseable y probable que se dé el siguiente escenario:
    •    Una correcta y oportuna instalación de casillas.

    •    Presencia de todos los funcionarios institucionales y partidistas.

    •    Alta afluencia de votantes.

    •    Cero incidentes mayores durante la jornada.

    •    Cierre oportuno de casillas y reparto cuidadoso de las actas de escrutinio y cómputo.

    •    Triunfo contundente de cualquiera de los contendientes.

    •    Reconocimiento rápido de los perdedores.

    •    Impugnaciones, en un rango “normal”, de consecuencias irrelevantes.


En esta misma etapa, si se interpretan “a contrario sensu” los puntos anteriores, se tendrá un panorama, no deseable, pero probable; es decir:
    •    Desorden y protestas desde la instalación de las casillas.

    •    Ausencias significativas de funcionarios y representantes de los partidos.

    •    Baja afluencia de votantes.

    •    Connatos de violencia, robo de urnas, y otros incidentes mayores.

    •    Inconformidades por el reparto o legibilidad de las actas de escrutinio.

    •    Triunfo muy apretado de cualquiera de los contendientes.

    •    Madruguetes informativos.

    •    Intentos por ganar la elección en los tribunales.


Después de la jornada, es deseable y probable que:
    •    Las actas de escrutinio lleguen en tiempo y forma a su destino.

    •    Los resultados del conteo rápido y del PREP se acepten con poco o ningún ruido.

    •    Las impugnaciones y quejas se mantengan en un rango aceptable.

    •    Los candidatos perdedores reconozcan su derrota y se sumen al ganador, quien se declara formalmente triunfador, con alta legitimidad.

    •    Los tribunales electorales resuelvan sin problemas las controversias que, por lógica se presentan ante ellos.

    •    La renovación del Poder Legislativo se realice sin mayores complicaciones.

    •    Los cargos de elección popular para la renovación de poderes ejecutivos locales, se asignen de acuerdo con votaciones irrefutables.

    •    La vida institucional y el Estado de Derecho, se reconstruyen, por el momento.


También puede darse el siguiente panorama, no deseable pero sí probable:
    •    Los resultados oficiales otorgan mínima diferencia al candidato presidencial ganador y en los otros cargos de elección popular, de tal manera que la mayoría en el Congreso de la Unión y en los Estados es altamente controvertida.

    •    Por diversas irregularidades, un elevado número de casillas se impugnan y se anulan.

    •    Llega a los tribunales un alto número de impugnaciones en relación con gastos comprobados que exceden con mucho los topes de campaña.

    •    Se solicita con claro fundamento jurídico y justificación política la nulidad de la elección.

    •    Se abre la Caja de Pandora.  Se sueltan: el Tigre, el Diablo, el Coco y otros demonios.  El país se enfrenta a la disyuntiva: caos o represión.


“¡Cosas veredes, Mío Cid, que farán fablar las piedras!”

Julio, 2018.

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