
ALFIL NEGRO
Conforme pasan los días
siento que las cosas cambian,
la vista se nos agota
ya no miramos como antes,
las piernas ya no son firmes,
y se inician los dolores,
que son cosas de la edad
más de uno nos recita,
y quien nos quiere animar
nos dirá “que bien té ves”,
aunque muy claro notamos
que es un gesto de ternura,
porque los años que pasan
dejan huella y cobran piso,
y nada de extraño tiene
pasar de joven a viejo,
pues como me ves ahora
mañana tú te verás.
Y pensamos tiempo es
igual a cosas de edad,
pero pensándolo bien
¿qué demonios es el tiempo
que sepulta desde siempre
a reyes y cortesanos,
y que no perdona a nadie
sea hombre rico o limosnero?
Dicen los que saben mucho
Que tiempo es el movimiento
de lo que fue y lo será,
pero se queda la duda
de entender lo del presente
que no es pasado o futuro
y todo se enreda más.
Me quedo con lo sencillo
de ver el concepto tiempo,
como un camino muy largo
infinito y circular,
que nos toca caminar
apenas un tramo corto
algo que llamamos vida,
una raya en el océano
qué pasa y luego se olvida,
pero que nos da de regalo
el amor de la familia,
el cariño de los hijos,
el cobijo del hermano,
la alegría de ver de cerca
la compañía de la esposa
que como pasan los años
amamos y admiramos,
hasta entender y aceptar
que sin ella no hay camino,
sin los hijos no hay destino
y son regalos del tiempo
por muy breve que este sea.
El tiempo tiene colores,
luminoso en la alegría,
primer paso de los hijos
o cuando dicen “mamá”
o su primer día de clases,
y también días de niebla
sin luces y sin colores,
cuando un hijo se nos va
y se nos queda en el alma
su caballo de madera,
y su carita de niño
que ya no veremos más.
Lo vivido ya pasó,
lo que viene llegará,
hagamos del día presente
una presencia que tenga
recompensa en lo que venga,
y el abrazo cariñoso
del Señor del tiempo entero
del antes y lo que viene,
siempre presente y actuante
por los siglos de los siglos.
El tiempo no tiene fin
y al final será presente,
y que el tramo que nos toque
lo vivamos con amor,
y que pasados los años
seamos recuerdo y ternura,
de esposos que se esforzaron
por amar a su familia,
a la esposa y a los hijos,
a los hermanos y amigos,
y que hicieron de su tiempo
horas de mucha ternura
hasta la hora final.
El tiempo misterio es
un pedazo del camino
que nos toca recorrer.