Una y otra vez se repite el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía. Fatídicos episodios que en lo que va de año se han saldado con las vidas de al menos 136 afroamericanos. Los sucesos más recientes, la muerte de dos hombres por disparos de agentes del orden en Baton Rouge y Minnesota respectivamente, reavivaron en cuestión de horas el círculo de violencia en el que el país está atrapado.
Como se temía en medio de las protestas pacíficas que se han sucedido en distintas ciudades condenando la brutalidad policial, la pasada noche en Dallas han resultado muertos cinco policías y alrededor de siete oficiales heridos, víctimas de al menos dos francotiradores.
La guerra no hay que situarla en lugares remotos como Afganistán, sino en casa, donde el problema racial palpita peligrosamente en las calles.
El propio Barack Obama ha reiterado que a pesar de que se ha avanzado mucho desde la época de Martin Luther King, resulta preocupante la disparidad racial en el sistema de justicia criminal. Un poema escrito en los años veinte por el poeta Langston Hughes ¿Qué pasa con un sueño diferido? ¿Se marchita como una pasa en el sol? ¿Se encona como una llaga? Los sueños que se quedan rezagados no permiten que las heridas sanen.