El sueño del cineasta Richard Linklater, presentado en documental

Podría decirse que hay algunos Richard Linklater esparcidos por el mundo; no es que sean exactamente como él, pero sí son individuos cuya inspiración y paciencia los hacen cumplir sus metas por más inverosímiles que parezcan. Este cineasta presume haber realizado una cinta tras 12 años de rodaje, “Boyhood” (nominada a seis premios Oscar en 2015), y otras tan disímiles como “La Era del Rock” y “Antes del amanecer”. 

“Su historia es la definición perfecta del sueño americano”, considera la productora Karen Bernstein, quien presentará fuera de competencia un documental sobre el realizador, titulado “Richard Linklater: dream is destiny”, en el Festival de Sundance que arrancó el jueves en Utah.
“Y cuando digo ‘sueño americano’ no lo digo de forma literal, como lo vería un seguidor de (Donald) Trump, sino en la concepción de soñar con algo e intentarlo con fuerza, aún si no sabes cómo lograrlo. Sin importar tu raza o condición social”, explicó.
Linklater se erigió desde la clase media texana. Un apasionado del cine que logró que su filme fuera nominado al Oscar desde la trinchera de la filmografía independiente. El documental es una cronología –un estilo con que suele jugar Linklater– que da cuenta de la vida del realizador: desde que llegó con su madre a Houston, hasta su decisión de estudiar cine, enclavarse en la escena independiente y su consolidación.
El proyecto fue concebido por Louis Black, quien además es amigo cercano y forma parte de la Austin Film Society, fundada por el propio Linklater. Black invitó a Bernstein para dar forma al documento biográfico.
Para él, la importancia de las cintas del director de “Boyhood” radica en su mensaje esperanzador e incluyente, que ha sido apoyado en otros países como Francia y España, que también han producido sus cintas.
“Él nos demuestra que todos habitamos este planeta, sin distinción de nacionalidad, ni razas. Ahora no podemos explicar bien en qué dirección vamos, pero debemos apoyarnos, contar historias como las suyas y emocionarnos sobre el futuro”, reflexiona Black.
Su compañera en esta revisión fílmica considera medular adoptar esa “filosofía Linklater”, basada en la confianza de lograr objetivos, sin caer en la arrogancia: “Hay una historia de Richard que no incluimos en el filme, cuando él le dijo a su madre: nunca me voy a casar, dame el dinero para hacer mi primer filme”, cuenta Bernstein. 
“Y es un buen ejemplo porque estamos tan preocupados económicamente sobre lo que pasará con nuestros hijos que son fascinantes esos saltos de fe”, concluye.

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