El silencio de los inocentes

HOMO POLITICUS
Indiscutible, resulta la variable de los desaciertos de la actual administración federal que incide en el ánimo del electorado, que ya se ha manifestado en contra del priismo, y que arrodilló al tricolor que terminó no sólo aceptando la derrota, sino con la renuncia en la mesa de Manlio, quién dejó su lugar para una mejor ocasión.

 
El presidente Peña Nieto se despide, eso parece en el día de los pueblos indígenas donde empieza a perfilar que a su mandato le quedan, pelos más, pelos menos, dos años.
    En los hechos, la bancada panista sonríe y acaricia un posible retorno a “Los Pinos”; ello, claro, de la mano de Margarita Zavala, porque no se avizora nadie que le haga el peso en el blanquiazul, y el peso de la línea calderoniana le favorece; si a esto le sumamos el triunfo en las pasadas elecciones intermedias, todo hace suponer que el panismo tiene sobradas razones para estar de plácemes.
    Indiscutible, resulta la variable de los desaciertos de la actual administración federal que incide en el ánimo del electorado, que ya se ha manifestado en contra del priismo, y que arrodilló al tricolor que terminó no sólo aceptando la derrota, sino con la renuncia en la mesa de Manlio, quién dejó su lugar para una mejor ocasión.
    El comodín en este escenario es sin duda el PRD, quién aún condensa la mayor parte de la fuerza de la izquierda, pero que sus actitudes asemejan a una ramera que coquetea con sus clientes, ya que el juego de alianzas parece ser el mejor escenario y horizonte que hoy enarbola el partido del Sol Azteca, que en esta estrategia aliancista parece cultivar el mejor dividendo político al que puede esperar, después de la defección de Andrés Manuel López Obrador.
    El péndulo oscila de manera dividida en una justa partidista al 2018. Divididos PRI y PAN nivelan fuerzas pese a la derrota del tricolor en las elecciones intermedias, cuestión que dependerá del candidato que seleccione el tricolor y el capital político que este candidato pueda tener; recordemos que en Hidalgo el capital político de Omar Fayad es una dosis innegable de su triunfo, más allá de la plataforma de su partido.
    Si el comodín amarillo, se inclinara hacia uno de los bandos, que todo apunta a que se inclinaría por Acción Nacional, la justa presidencial de 2018 ya estaría decretada, pero esto tendría que reafirmar los dividendos políticos del Sol Azteca. Las negociaciones habrán de presentarse en los próximos meses, esto sin duda lo veremos.
    Mientras tanto, los ciudadanos seguimos en el silencio de los inocentes.

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