• Ha envenenado a cientos en Jalisco, México
Muchos han muerto, triplicando el espacio del cementerio.
EFE.- Los pobladores de las comunidades de El Salto y Juanacatlán, en el estado de Jalisco, mantienen viva la esperanza de que los Gobiernos estatal y federal limpien las contaminadas aguas del río Santiago y atiendan los cientos de casos de enfermedad renal y cáncer que el problema ambiental les ha causado desde hace dos décadas.
El establecimiento de unas 250 empresas que vierten sus desechos a lo largo de los 72 kilómetros de su cauce han convertido al río Santiago en una mezcla de agua negra, espuma blanca y olores fétidos que provocan dolor de cabeza, náuseas y comezón en la piel tan solo de olerlos unos minutos.
Miles de personas, principalmente pobladores de El Salto y Juanacatlán, viven en los márgenes del río que nace en el lago de Chapala, el más grande de México, y que termina en el océano Pacífico. En estas comunidades no existe una sola calle donde no se conozca el caso de algún vecino, amigo o familiar que padezca enfermedad renal o cáncer.
Jesús Mercado cuenta a Efe que le diagnosticaron cáncer de testículo en noviembre pasado. Eso pone en riesgo el trasplante de riñón que le hicieron hace unos años para paliar la insuficiencia renal que le diagnosticaron a los 14 años.
Aunque los doctores no pueden darle una causa específica de sus enfermedades, sí sospechan que pueden ser causadas por la exposición al agua del río.