- Saber ancestral indígena enfrentado al virus; aseguran que han conseguido vencerla
EFE.- La receta es sencilla. El objetivo, una quimera: combatir la Covid-19 con la medicina ancestral indígena. Pero en Arajuno, un pequeño pueblo de la Amazonía ecuatoriana, están convencidos de que lo han conseguido y, como prueba, el bajo nivel de muertes pese a los contagios.
Un poquito de corteza de challua caspi, otro de curi, llushtunda, musuwaska, ayahuasca, chuchuguaza, sacha ajo y jenjibre; todo mezclado y hervido durante 20 minutos o, simplemente, “a trago”, es decir, fermentado en un fuerte licor de caña de azúcar.
La mezcla es lo que ha protegido a los vecinos de la pandemia, asegura el alcalde del poblado, César Grefa, que ha pasado el coronavirus al igual que sus padres mayores.
Arajuno es un pequeño y pintoresco poblado de 3.000 habitantes, 10.000 en todo el cantón, a las puertas de los espesos bosques amazónicos ecuatorianos, y que estos días vive sin temor a la pandemia.
No hay mascarillas, ni limitaciones de movimiento, ni restricciones de entretenimiento, y la intención de Grefa es pasar la semana que viene a color verde en el semáforo epidemiológico.