CINE DE HOY
El gran escritor ruso León Tolstoi (1828-1910) escribió Ana Karenina, una de sus obras maestras en 1877. Desde entonces esa trágica historia de amor ha dado lugar a infinidad de adaptaciones cinematográficas, las más famosas de las cuales han sido la de Clarence Brown interpretada por la mítica Greta Garbo en 1935 y trece años después Vivien Leigh estelarizó otra versión de Julián Duvivier. Sophie Marceau encabezó la versión de Bernard Rose de 1997 y más recientemente Keira Knightley hizo una nueva versión de Joe Whright. Jacqueline Bissett hizo además una mini serie televisiva.
La versión del veterano Karen Shajnazarov (El mensajero, Somos del jazz), que se acaba de estrenar en la Cineteca Nacional, ofrece al menos un punto de vista diferente y esta inspirada en una miniserie televisiva de ocho capítulos.
El guión del propio realizador arranca en la enfermería de un campo de batalla en Manchuria durante la guerra ruso-japonesa.
A ese lugar llega herido en un glúteo, el conde Vronsky (Maskim Matveyev). Es atendido por el médico Serguei Karenin (Kiril Grebenschnikov), quien lo detesta, pues lo considera como el responsable de la muerte de su madre.
Sin embargo, mientras se recupera Vronsky le cuenta su historia. Conoció a Anna (la bella Elizaveta Boyarskaya), mientras viajaba con su madre y quedó prendado desde el primer momento.
Ella estaba casada con el oscuro funcionario Karenin (Vitali Kitchencko), que se niega a darle el divorcio y le impide ver a su hijo Serguei.
El veterano director nacido en Krasnodar hace recordar las grandes producciones soviéticas de antaño, con un bello filme cuidado hasta el último detalle.
Anna Karenina. Istoriya Vranskogo resulta una bella y conmovedora historia de amor, que mantiene la esencia tolstoiana.