ALFIL NEGRO
• El año que viene, llega la primera prueba para saber qué tanto se ha recuperado este partido con el escenario del 7 de junio
El PRI en Hidalgo, como todos los partidos, tiene como misión pelear los puestos de poder para aplicar desde esa posibilidad su propuesta política de servicio a la comunidad.
Desde hace más de 80 años este partido venía ganando todas las elecciones, con lujos como los carros completos, en que no le dejaban a la oposición nada.
Pero esos tiempos se acabaron por errores del propio partido que solapó la corrupción que provocó gran enojo popular, enojo que supo capitalizar sobre todo AMLO que les ganó la Presidencia de la República y con él muchos advenedizos en su partido, que sin ninguna militancia, se cobijaron en la sombra de Obrador, como los del Grupo Universidad.
El año que viene, llega la primera prueba para saber qué tanto se ha recuperado este partido con el escenario del 7 de junio para elegir 84 alcaldes.
Y las cosas no se ven bien para el PRI, pese a que el Gobernador Fayad por su buen gobierno sea un respaldo fuerte para el partido tricolor.
Para empezar, su peor enemigo no es Morena, ni el PAN u otro partido de enfrente. Su peor enemigo son los priistas dolidos porque les levantaron la canasta de los privilegios, ya sea en el mismo partido o en el gobierno del estado donde los eternos dueños de las secretarías y puestos importantes eran los de siempre, que de tanto tener poder y lana, pensaron que era por indispensables y extraordinarios en los encargos y pensaron que con Fayad iba a ser lo mismo.
Pero Fayad propuso una nueva clase política y los dejó fuera de los privilegios, lo que no aceptan y buscan cómo cobrársela.
Son priistas peligrosos por la rabia contenida durante casi tres años, pero siempre presentes para la venganza.
El enojo y la frustración, así como el ansia de revancha, parece por otro lado que encontró un jefe que maneje a estos dolidos, aprovechando la época electoral que se avecina con decisiones raras pero explicables como el anunciar a todo pulmón que se van del PRI por así convenir a sus intereses, pero sobre todo para demostrar que sin ellos su ex partido fracasará; lo que dicen, no pasaba cuando manejaban el timón.
Otro peligro del mismo partido es la intervención que se quiera hacer desde el PRI nacional, como en otros tiempos, cuando las candidaturas se palomeaban desde el CEN tricolor.
No sería raro que se diera una ruptura del PRI Hidalgo con el PRI nacional si se presenta esta vieja práctica, en el entendido de que en nuestra entidad hay un Gobernador priista con excelentes resultados que lo ubican entre los mejores del país por los logros obtenidos y que por lo mismo tiene la suficiente autoridad para decidir lo mejor para su partido.
Mucho trabajo tiene JULIO VALERA en el partido del bulevar Colosio para enfrentar no a Morena, que presenta debilidades, porque la estructura más fuerte que tiene es el Grupo de Sosa (que ni de Morena son y que han destrozado la unidad y presencia del partido en Hidalgo).
La oposición fuerte son en realidad priistas dolidos por perder puestos de poder y dinero, porque los desplazaron nuevas figuras. Y desde luego todos los que desde el PRI trabajaron para frenar a Fayad rumbo a la gubernatura y que todo indica se organizan para cobrársela como sea.
Así las cosas…
