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EL PREMIO AMIJ

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EL PREMIO AMIJ

Familia Política

(PRIMERA PARTE)

  • “El amor por la poesía es básico para bien o para mal. No sé si bueno o malo, pero poeta, sí soy”

La Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia, A.C., en el marco de la conmemoración del Día de la Juzgadora y Juzgador Mexicano, tuvo a bien otorgarme el reconocimiento nacional correspondiente al año 2020. La ceremonia de entrega debió ser presencial en la sede de nuestro Supremo Tribunal. La pandemia de Covid-19, obligó a la suspensión de tan significativa actividad. Tiempo después, de manera virtual, se entregaron los reconocimientos y se realizaron entrevistas a los diferentes galardonados en los años 2020 y 2021. No se habían dado las circunstancias para dar a conocer la entrevista que en su momento la AMIJ, por conducto de su Vocal Ejecutivo, Magistrado Armando I. Maitret Hernández, me realizara. Por su extensión, la publicación se hará en varias partes. 

DATOS BIOGRÁFICOS:

Magistrado en retiro, Prisciliano Diego Gutiérrez Hernández, originario de San Juan Solís, municipio de San Agustín Tlaxiaca, Hidalgo. Realizó estudios de Profesor Normalista con Licenciatura en Lengua y Literatura Españolas. Es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Hidalgo, en donde hizo también estudios de Maestría en Criminología.  Fue diputado al Congreso del Estado y dos veces Diputado Federal. Presidente del Tribunal Fiscal Administrativo del Poder Judicial del Estado de Hidalgo y titular de la Primera Sala del Tribunal de Justicia Administrativa hasta su retiro, en septiembre del 2018.  Fundador del Capítulo México de la Organización Internacional de Derecho Público, con sede en Atenas, Grecia. Autor de diversas publicaciones como: Constitución Política del Estado de Hidalgo en Sonetos; Reflexiones de un Magistrado; artículos y ensayos sobre temas jurídicos y otros.

ENTREVISTA:  

AM: Muy buenas tardes tengan todos Ustedes. Muchísimas gracias por estar en una sesión más de esta serie de entrevistas que, con motivo del Día del Juzgador y la Juzgadora mexicano, hemos elaborado para ustedes, con el ánimo de que conozcan con mayor profundidad la trayectoria y la forma de ver la justicia de las personas que han sido galardonadas en el 2020 y 2021 por la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia.

Esta tarde nos acompaña el Señor Magistrado Prisciliano Diego Gutiérrez Hernández.  Señor Magistrado, ¡qué gusto! Muchísimas gracias por aceptar esta entrevista.

PG: Al contrario, muchas gracias por invitarme.

AM: Señor Magistrado, quisiéramos que nos contara cómo fue el inicio de su carrera, usted tiene una formación al servicio de los demás; ya nos contara usted de su formación profesional, a qué me refiero, esta vocación de servir a los demás a través de la docencia y después a través de la judicatura al inicio de su carrera. Señor Magistrado ¿qué retos enfrentó para consolidar una vocación al servicio de la gente?

PG: Como bien lo dice, Magistrado, yo venía de la académica, estuve en el legislativo local, federal, fui también parte de la administración pública estatal y federal, pero todos los años, desde los diecisiete en adelante, fui servidor público. Como docente, además de Profesor de primaria, impartí la cátedra de Derecho Constitucional Administrativo durante varios años, en el Instituto Tecnológico de Pachuca, ese fue un fuerte sustento ético y académico para arribar después, por circunstancia, a la Presidencia del Tribunal Fiscal Administrativo en ese tiempo, hoy de Justicia Administrativa del Poder Judicial del Estado de Hidalgo, lo demás es, como siempre, cuestión de disciplina, estudio, constancia y, sobre todo, un excelente equipo de trabajo.

AM: Oiga, entonces, para Usted debe ser fundamental la combinación de estas dos asignaturas socialmente relevantes, la docencia y la función judicial ¿Cómo articularlas en tantos años de servicio Maestro? Porque ambas son demandantes. ¿Cómo le hizo Usted para poder conciliar adecuadamente, no solo la docencia?, porque Usted también escribe obra académica; entonces, Usted reunió un perfil muy amplio, muy completo, de una persona que no solo decide en lo jurisdiccional, sino que sus ideas las hace trascender a través de la academia y la obra escrita, ¿Cómo le hizo, Magistrado?

PG: Yo creo que una de las mejores formas de aprender, es enseñar; cuando se tiene vocación, los tiempos se alargan o se ajustan de la mejor manera; procuré no encimar las facultades. Mi tiempo de docente prácticamente  terminó en el momento en que incursioné en la administración de justicia; acaso algunas horas, muy pocas, continué en la docencia, pero prácticamente ya no, ya la docencia me quedó como un recuerdo imborrable, como una parte de mi formación, como una fuente infinita y grata de experiencias; afortunadamente no tengo recuerdos desagradables en ese sentido y, desde luego, sí una manera de hacer disciplina para el estudio, para la cuestión académica, pues creo que un importante desarrollo del sentido de la justicia se da por la convivencia con los jóvenes. En cuanto a la actividad literaria (de alguna manera hay que llamarle), el gusto por escribir, pues es poco tiempo el que se invierte; es, en verdad, una forma de aprovechar los ratos libres y escribir, escribir, escribir… cosas tal vez intrascendentes, pero como no lo hago para nadie, más que para mí mismo; la verdad, lo escrito ahí está; no soy yo quien debe emitir un juicio favorable, pues se puede pensar que estoy demasiado ubicado en una situación egocéntrica o narcisista; lo hago para decir cosas que no son el extremo opuesto: una situación masoquista ¿verdad? Pues ahí está: las personas que conozcan mi obra escrita, estarán en posibilidad de juzgar.

AM: Claro, pero además el tipo de obra que escribe. Si no estoy mal enterado Señor Magistrado, le gusta mucho la poesía y ha hecho esta combinación muy interesante y poco explotada en México, pero que en otros países es muy común hablar de Derecho y Literatura, la relación que existe en ambos y especialmente la poesía como un género importantísimo. ¿Qué opina usted Magistrado, de esta relación entre Derecho y Literatura? 

PG: Yo creo que debiera ser, si no obligatorio, sí propiciatorio. La imagen del abogado tradicional e históricamente, es la de un hombre culto, sensitivo y elocuente; esto ha ido cambiando. El Abogado era, por antonomasia, talento, sensibilidad, creatividad. Muchos grandes poetas han sido también grandes abogados. Yo escribo porque me gusta hacerlo desde muy joven, eso sí; me he ido por las letras con cierto aire clásico, estoy todavía con el Soneto, la redondilla, la octava real, la décima… me gusta eso, me gusta manejar los formalismos poéticos; hay quien me dice que es anacrónico, pero bueno, había que ver, porque no siempre todo el que se dice poeta, inclusive laureado, sabe escribir sonetos: “Un soneto me manda a ser Violante… (decía Lope de Vega) …Y en mi vida me he visto en tal aprieto. Catorce versos dicen que es soneto… Burla burlando van los tres delante” Y por ahí va la cosa, el amor por la poesía es básico para bien o para mal. No sé si bueno o malo, pero poeta, sí soy.  

Continuará…