Home Nuestra Palabra El Pequeño Timmy El patético festejo de la derrota 

El patético festejo de la derrota 

0
El patético festejo de la derrota 

Se necesita ser muy imbécil para creer que una derrota se puede festejar y darla a conocer como si fuera un triunfo. Se necesita ser doblemente imbécil para continuar bajo el mando de un dirigente de partido como Alejandro Moreno del PRI; sin embargo, aunque usted no lo crea, a pesar de las derrotas contundentes que ha tenido esta orgía de ideologías que se encamaron en una Alianza tripartita, el líder del PRD, Chucho Zambrano y Marko Cortés del PAN, siguen siendo los perros falderos del priista.

Tres perfiles convenencieros, que velan por intereses propios, que han sumido a los partidos de la oposición en derrotas ridículas y humillantes, tres necios que no quieren ver la realidad y se niegan a dejar los sitios de privilegio que aún tienen al sentarse en las grandes de sus partidos políticos son los que levantan la mano a unos y dejan en el olvido a los perdedores.

La actitud del domingo, al acompañar a la candidata a la gubernatura del Estado de México, Alejandra del Moral a que se declarara ganadora de la contienda a las 18 horas para luego abandonarla a su suerte frente a los resultados avasalladores del conteo preliminar, lo que provocó que la contrincante saliera a declarara, sin ninguno de los tres perfiles que un par de horas antes le habían acompañado, que los resultados no le favorecían, reflejó sólo el interés de las tres parcas que han desacreditado a la oposición y peor aún la han ridiculizado y reducido a una serie de palabrerías y dichos con los que nada pueden hacer al gobierno en turno.

¿En verdad los tres dirigentes nacionales del PRI, PRD y PAN fueron a festejar el triunfo en Coahuila? Sí, mientras el estado de México era tomado por Morena y aliados, a través de la candidata Delfina Gómez. Una derrota que tendrá una lectura y análisis más allá del “perdimos, pero ganamos” que ridículamente Alito Moreno pregona de forma estúpida, retando el intelecto de la gente que observa cómo el tricolor termina de desmoronarse, del PRI que nunca logró renovarse, del tricolor que no pudo recuperarse, de un partido cuyos tiempos de gloria han quedado marcados en la historia. 

En fin, mientras en Morena se cuentan con diversos perfiles para contender en la siguiente elección en 2024, los tres partidos que se encamaron para ser uno mismo sin importar la irreconciliable ideología que debían representar, se quedan en manos de perdedores conformistas, sin un perfil idóneo para hacer frente a cualquier candidato o candidata que se postule con Morena y aliados, la derrota en el Estado de México el pasado fin de semana ha dado un panorama general de lo que ocurrirá en 2024, y seguramente Alito, Chucho y Marko buscarán alguna casilla en la que ganen para salir a cacaraquear un triunfo que no les alcanzará para la silla presidencial. 

Así de patéticos los dirigentes de la oposición en México, tres perfiles que han pasado del respeto, al ridículo, a la lastima y pronto a la ternura de vivir en una realidad que es completamente ajena a sus ideologías, a sus discursos, a sus acciones, a sus privilegios y  sobre todo a sus personas. Así el patético festejo de la derrota.