No sabemos el nombre de este niño. Podría llamarse Aylan o también Omran. Pero nadie ha pronunciado su nombre. Sólo sabemos, por su aspecto, que debe tener mucha hambre. En el pie de foto sólo reza: “Un niño malnutrido yace en la cama del hospital de la ciudad de Hodeida, puerto del Mar Rojo, en Yemen”. Le vemos hecho un amasijo de piel y huesos, con el cabello decolorado por la falta de alimento.
En otra foto, aparece junto a su madre, también en los huesos. El rostro de este pequeño es idéntico al de otros tres millones de niños menores de cinco años, mujeres embarazadas y lactantes que necesitan ayuda urgente porque sufren malnutrición aguda en el país árabe.
Según la ONU y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), a causa de la contienda, 19 de las 22 provincias del país están acosadas por la inseguridad alimentaria y más de la mitad de la población civil no tiene prácticamente qué llevarse a la boca.
Los técnicos del PMA prevén que la situación empeore si el conflicto continúa. Y esta guerra no tiene visos de detenerse, tras el reciente fracaso de las negociaciones de paz auspiciadas por Naciones Unidas.
Desde que la llamada coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, intervino en el conflicto en Yemen en marzo de 2015 han muerto más de 10.000 personas, según cifras de Naciones Unidas.