Home Orbe El muro de Trump se puede tocar y está frío

El muro de Trump se puede tocar y está frío

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●    El loco Donald promete construir un muro que ya existe en gran parte de la frontera y que divide ciudades y pueblos indígenas

Los demócratas levantaron, sin voces ni aspavientos, el polémico muro de la misma forma que Barack Obama ha sido el presidente que más indocumentados ha expulsado durante sus casi ocho años de gobierno; casi 2.6 millones de emigrantes deportados.
El muro con el que sueña Donald Trump es de hierro y se puede tocar. Es frío en la mañana y ardiente al caer el sol. El muro más deseado tiene tres metros de altura, es áspero al tacto y está oxidado, lo que permite mirar a través del metal para saber que al otro lado sólo hay campo.
Cuando en julio pasado, durante la convención Republicana de Cleveland, Donald Trump, propuso construir una gran valla fronteriza entre EU y México, sus seguidores jalearon la ocurrencia puestos en pie y gritando “Build the wall!” (“¡Construye el muro!) como si fuera un partido de la Super Bowl.
A miles de kilómetros de allí, en la ciudad mexicana de Tecate, de 65.000 habitantes, Minerva Chávez sonríe cuando oye hablar del muro, porque lleva 15 años dándose de bruces con una enorme placa metálica cada vez que sale a tender la ropa. Apenas hay unos metros de distancia entre la terraza de su casa y las planchas de hierro de EU.
 “Me hace gracia cuando Trump amenaza con construir un muro que aquí ya tenemos. ¿Qué pretende hacer ahora?, ¿electrificarlo?, ¿construirlo de cemento?” se pregunta irónicamente Minerva, junto al metal.
Paradójicamente, la Guerra del Golfo en 1991, tiene la culpa de que el hierro oxidado sea lo único que ve Minerva desde su terraza.
Para la reconquista de Kuwait, el ejército estadounidense tapizó el desierto con enormes planchas que encajaban como un puzle sobre la arena, para que pudieran aterrizar los aviones. Con el fin de la guerra y la posterior llegada de Bill Clinton al poder, en 1993, aquellas viejas planchas de hierro viajaron hasta la frontera donde, colocadas de forma vertical, sirvieron para separar los dos países.