El muro contra Trump

Tecnocultura

Ese muro casi atemporal se levantó de nuevo en el Zócalo de la Ciudad de México para proyectar sobre él consignas sociales en contra del presidente del país anfitrión (Ayotzinapa y un largo etc) y, de manera sorpresiva, del candidato gringo Donald Trump

DATO
Al final lo viral de las consignas de Roger Waters durante su visita a nuestro país tuvieron un eco fuerte pero breve; ninguno de los aludidos quiso darse por enterado y el fuego se apagó en pocos días tanto en las calles como en las redes sociales; lo que sí logró el músico, y que quedará por mucho, mucho tiempo, serán las referencias de lo dicho y lo vivido, y en consecuencia tanto Peña como Trump volverán a nuestras cabezas, junto con Berlín y todos los ladrillos que Roger Waters quiera añadir a su muro, cada vez que escuchemos su, sobrevalorada o no, obra.

Hace no mucho escuché a un amigo, que se dice experto en rock progresivo, decir que The Wall, de Pink Floyd, está muy lejos de ser el mejor disco de la banda inglesa, y muy, muy lejos de ser de las mejores obras en el mundo del progresivo; incluso hay foros (diré serios) en Internet que secundan estas teorías de sobrevaloración de ese disco (o de la banda en sí). Algo de pose tendrán esas opiniones; lo que es cierto es que Roger Waters ha hecho de ese muro un símbolo que comenzó (y que siguió con una película) como una aventura melódica autobiográfica y que terminó siendo la efigie en el discurso antifascista por antonomasia. Ese discurso, a posta o no, de Waters lleva casi 40 años vigente; el fascismo descarado y sus formas más sutiles han hecho que el muro de Roger Waters se levante una y otra vez.
Y el músico está plenamente consciente del potencial de esos ladrillos, ya lo demostró de manera magistral en Berlín en 1990, apenas unos meses después del inicio de la caída de aquel muro, levantado, esta vez, por el otro extremo de la ideología política fascista: el socialismo; pero ni a Waters ni al mundo le importó que por una vez la derecha no fuera el enemigo y el muro de Waters se afianzó para siempre.
Ese muro casi atemporal se levantó de nuevo en el Zócalo de la Ciudad de México para proyectar sobre él consignas sociales en contra del presidente del país anfitrión (Ayotzinapa y un largo etc) y, de manera sorpresiva, del candidato gringo Donald Trump. El mensaje no fue incendiario ni mucho menos original, incluso podemos decir que “Trump eres un pendejo” raya en el eufemismo y la tibieza; pero para las 200 mil personas reunidas en el Zócalo que lo vieron de primera mano y que señalaban a los ya clásicos cerdos (durante la interpretación de “Pigs on the wing”, del álbum Animals) volar sobre ellos, y que hacían referencia al magnate redneck, fue una consigna más que suficiente. #TrumpEresUnPendejo no tardó en circular por las redes y ese mensaje llegó de 200 mil personas a millones en apenas unos minutos. El muro de Waters fue más alto y extenso que el que pretende levantar Donald; el muro-discurso de Trump solo podía reforzar el muro-discurso de Waters.
Al final lo viral de las consignas de Roger Waters durante su visita a nuestro país tuvieron un eco fuerte pero breve; ninguno de los aludidos quiso darse por enterado y el fuego se apagó en pocos días tanto en las calles como en las redes sociales; lo que sí logró el músico, y que quedará por mucho, mucho tiempo, serán las referencias de lo dicho y lo vivido, y en consecuencia tanto Peña como Trump volverán a nuestras cabezas, junto con Berlín y todos los ladrillos que Roger Waters quiera añadir a su muro, cada vez que escuchemos su, sobrevalorada o no, obra.
@Lacevos

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