
VIDA PARA ARMAR
Nadie se diga sorprendido por el regreso de integrantes del Comité Estudiantil de la Normal de El Mexe, a las acciones “combativas”, que incluyen el secuestro de autobuses, como primera acción de lucha, porque a decir de ellos, no se cansan de luchar por un gobierno obrero y popular.
Nadie se diga sorprendido, porque si la promesa presidencial fue reabrir la institución -sin estudio previo alguno del por qué tuvo que ser cerrada-, sin análisis mínimo alguno, y sí en cambio un compromiso al bote pronto, porque en ese momento el hoy jefe de la nación necesitaba votos, luego entonces los normalistas asumieron que hoy mismo ya no es asunto de pedir, sino de exigir les entreguen todas las instalaciones donde actualmente funciona una Universidad Politécnica.
Y de la exigencia, delo por hecho, pasarán a las acciones “comabativas” para lograr sus objetivos.
El asunto; sin embargo, es que hay intereses de por medio, y la figura de Armando Azpeitia Díaz, alcalde de San Salvador, quien ha insistido que todas las instalaciones que poseía el Comité Estudiantil de la Normal Luis Villarreal de El Mexe, deben ser restituidas, sin importar que para ello se desplace a los alumnos de la Universidad Politécnica de Francisco I. Madero, se perfila como líder de esta nueva era de lucha combativa.
“La lucha sigue”, reza una de tantas consignas que seguro escucharemos en breve, luego de esta primera prueba de lo que puede venir, y que incluye bloqueo de carreteras, plantones al por mayor en la Plaza Juárez, que siempre coinciden con la celebración del Grito de Independencia. En fin.
El asunto fundamental; sin embargo, es que nadie se preocupó por analizar seriamente si reabrir la Normal era lo más prudente, si era necesario, si en términos concretos existe la posibilidad de dotarlos de plazas. No, nadie lo hizo, tampoco las razones que llevaron a su cierre, que ni fueron inventadas, ni tampoco ocurrencias del poder neoliberal, conservador y opresor.