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EL MERCADÓLOGO

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<em>EL MERCADÓLOGO</em>

De México y España

En España, país integrante de la Unión Europea, el salario mínimo interprofesional es de mil euros, equivalente a 22.979 pesos mexicanos. Se estima que entre el 10% y el 12% de los asalariados en este país perciben el ingreso mínimo, es decir, 1.8 millones de personas. El precio promedio del alquiler es de 674 euros al mes, 15.488 pesos, que representan el 67% de un sueldo mínimo.

Por otro lado, todos los trabajadores disponen, por ley, de 30 días naturales de vacaciones pagadas. El acceso a la seguridad pública está garantizado en la mayoría de los casos, incluso para extranjeros que no tengan su residencia legal en territorio español. Existe, desde los años sesenta, una ayuda para los trabajadores que se quedan sin empleo, que es equivalente a los años trabajados y al último sueldo percibido. Esta ayuda se puede cobrar durante un máximo de dos años, aunque va disminuyendo su cuantía según pasa el tiempo en desempleo. Los últimos datos indican que el 13% de la población activa se encuentra sin trabajo.

En México, por su parte, el salario mínimo en 2021 fue de 4.310 pesos al mes, equivalente a 188 euros. Las estimaciones indican que el 13% de las personas activas perciben este sueldo. El precio promedio del alquiler es de 6.000 pesos, aproximadamente 260 euros, lo que representa el 139% del salario mínimo.

Por ley, los trabajadores disponen de 5 días de vacaciones por año trabajado, incrementándose en dos días por cada año siguiente, hasta llegar al cuarto año trabajado. A partir del quinto año, se incrementan dos días por cada 5 años trabajados. Todo esto es en la misma empresa, ya que, al cambiar de trabajo, comienza nuevamente la cuenta. No todo el mundo tiene acceso a la sanidad pública: aproximadamente el 30% de las personas no tiene ningún tipo de cobertura sanitaria. No existe ninguna ayuda por desempleo, situación en la que se encuentra el 4% de la población. Sin embargo, el 56% de los trabajadores lo hacen de manera informal, es decir, fuera de los marcos legales y regulatorios.

Hace unos días, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habló acerca de «pausar» las relaciones diplomáticas con España, debido a que, a su juicio, existen empresas españolas que abusan de nuestro país y de nuestros pueblos. Viendo los datos que he expuesto anteriormente, tal vez una parte de las declaraciones del presidente son correctas, aunque con muchos matices de por medio. Es probable, efectivamente, que las empresas españolas estén sacando un beneficio de los trabajadores mexicanos.

Pero no solo las españolas: desde que en 1965 México decidió dar mayor importancia a la industria maquiladora, muchas empresas de diferentes países han aprovechado las ventajas ofrecidas por nuestro país para reducir sus costos de producción.

Es que, para un empresario, no es lo mismo pagar mil euros a un trabajador que 188. Estas diferencias impactan directamente en los beneficios empresariales. Pero México no es el único país que ha situado la maquila como una forma de generar empleo: Brasil, la India y muchos otros países han cimentado su crecimiento en esta industria. Por un lado, existe el beneficio hacia los trabajadores de tener una estabilidad y un ingreso fijo constante. Para los empresarios, el beneficio es evidente.

Sin embargo, me parece que la manera de mejorar las condiciones de los trabajadores de esas empresas extranjeras no pasa por «pausar» relaciones diplomáticas. Tal vez, si las leyes mexicanas defendieran los derechos de los trabajadores, las diferencias entre países, no solo con España, no serían tan grandes.