EL MADRID NAVEGA TRANQUILAMENTE RUMBO A OCTAVOS

EL MADRID NAVEGA TRANQUILAMENTE RUMBO A OCTAVOS
Photo Credit To Agencia EFE

Aprendió a vivir, a golear, el Real Madrid sin Jude Bellingham, reservado por su lesión de hombro por Carlo Ancelotti, que celebró la clasificación temprana para los octavos de final y el retorno de la pegada ante el Sporting de Braga (3-0), en una cita con reivindicación de Brahim que devolvió la confianza perdida en la definición a Vinícius y Rodrygo.

Brahim cambió el paso del Real Madrid con ese ímpetu del jugador que siente que se está cometiendo una injusticia con él. De titular, de estrella en el Milan, ha olvidado de Carlo Ancelotti han pasado unos meses que demostró que no han afectado a su fútbol.

Titular, por segunda vez en la temporada, en un escenario como el de la Champions, saltó dispuesto a demostrar que merece más. Le anularon el primero, retomando la intuición de Bellingham para aparecer en la zona donde un mediapunta hace gol, y definió arriba con calidad el tanto que silenciaba, por el momento, la falta de pegada madridista.

Un Real Madrid que pasa de jugar con un mediocentro posicional como Tchouaméni, que jamás pierde zona, a la movilidad de Camavinga. Tan alocado como trascendental. Tan efectivo en el robo continuo como en la construcción de juego al ritmo de su amplia zancada. Alejado del control que impone Kroos pero compatible para aumentar la electricidad en el juego.

Y el que puso claridad, tras un remate arriba de Valverde en carrera al pase de exterior de ‘Vini’, fue Brahim que no estaba dispuesto a dejar escapar su esperado momento. Vio la acción Mendy, que dibujó un pase al desmarque de Rodrygo. Su pase atrás fue un caramelo para el tanto que rompía el partido a los 27 minutos.

Matheus evitó el primer intento de Rodrygo, en los últimos compases del primer acto, cuando Vinícius también perdonó un dos contra dos. Pero ambos estaban citados con el gol tras perdonar Brahim su doblete. Desde un robo de Camavinga para lanzar la contra de un equipo al que siempre le gustó correr. De Fede a Lucas y un centro que controló con derecha Vinícius antes de definir cruzado de zurda. Tan fácil que en otras ocasiones parece un imposible.

En tres minutos, del 58 al 61, el Real Madrid le puso el broche al partido y a su pase a octavos en cuatro jornadas. Con un pleno incontestable. No había mejor manera de recuperar confianza para un delantero que con un tanto repleto de calidad.

Le puso la firma Rodrygo, tras otra transición que no supo frenar el conjunto portugués. El pase de Vinícius, el gesto doble de calidad para dejar pasar el balón por la espalda y acomodarlo con el interior de la bota antes de picar el balón con suavidad a la salida desesperada del portero.

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