El loco Trump no tiene quién le escriba

En el Estado Islámico no lo atacan; lo ven como aliado

Trump está desaparecido de la propaganda oficial del Estado Islámico aunque sus militantes celebran su discurso como combustible del radicalismo
La verborrea que despacha el nuevo inquilino de la Casa Blanca no entusiasma a los propagandistas del autodenominado Estado Islámico. Su maquinaria, en horas bajas por las derrotas militares que sufren las huestes del califato en Siria e Irak, ha recibido al magnate con insólita frialdad, lejos de los ríos de tinta que provocaba su predecesor.
“El Estado Islámico (EI) no ha divulgado ningún comunicado o declaración acerca de Trump”, confirma Hashem al Hashimi, asesor de seguridad del Gobierno iraquí y una de las fuentes más reputadas sobre el grupo que dirige Abu Bakr al Bagdadi.
En los últimos tres meses, el conglomerado de medios que sirven de altavoz al EI, han evitado el más leve pronunciamiento. “De momento, no hay ni una sola pieza de propaganda centrada en Trump. Antes y después de las elecciones, los partidarios del grupo hablaron sobre el estadounidense pero nada más”, indica Veryan Khan, directora editorial de TRAC (Consorcio de análisis e investigación en terrorismo).
Las opiniones no oficiales se han propagado por foros y redes sociales. “Trump será el último clavo en el ataúd de América”, auguró un acólito del EI en un foro entre mensajes que festejaban el inesperado triunfo del republicano.
Desde entonces, las reacciones de sus militantes han celebrado la posibilidad de que Trump y sus controvertidas políticas aticen los conflictos en las entrañas de la sociedad estadounidense y, extramuros, sirvan de combustible al radicalismo. “El silencio del comando central del EI no tiene nada que ver con las opiniones de su club de partidarios. En los últimos meses, han llegado incluso a crear una encuesta en la que preguntaban si Trump podría atraer a más gente hacia el islam. Y el 70% de los participantes contestó afirmativamente”, apunta Khan.

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