El lacónico fin de la COP24 en Polonia

NÚMEROS CLAROS
A la COP24, han acudido 197 países para debatir sobre las medidas a implementar para detener el calentamiento global
 

Este viernes 14 de diciembre concluye la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático de 2018, la COP24, iniciada el pasado 3 de este mes. Han acudido 197 países a esta Cumbre para debatir sobre las medidas a implementar para detener el calentamiento global, entre ellos, muchos países insulares y pobres que hoy son los más vulnerables, pues la mayoría de ellos aún no se han comprometido a reducir sus emisiones de CO2.
Como siempre sucede, y de acuerdo a mi propia experiencia en la COP16 efectuada en México en 2010, el inicio siempre es una fiesta y el cierre se convierte en una catástrofe. Un día antes de concluir esta Cumbre sobre el clima, la ex canciller de México, Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se encontraba contra la pared, pues 200 de los países reunidos en Katowice, Polonia, aún no han podido responder con medidas concretas para enfrentar el deterioro del medio ambiente, el cual pone en peligro la continuidad de la vida en la Tierra.
Luego de la retirada de los Estados Unidos de los Acuerdo de París, la COP22, en julio de 2017 con la llegada del presidente Donald Trump a la presidencia, el drama de la supervivencia de la vida en el planeta se convierte en una tragedia. Bajo esa perspectiva y sin los esfuerzos de los Estados Unidos para reducir sus emisiones, el segundo mayor contaminador de la Tierra, el calentamiento superior a los 1.5 grados del planeta parece ser inevitable; sobre todo, si los países no se comprometen a cumplir los compromisos adquiridos en los últimos años.
Tanto para la excanciller mexicana que organizó en 2010 la COP16, como para el Secretario General de la ONU, António Guterres, avanzar en el cumplimiento de los Acuerdos de París y los de la COP24, es una cuestión de vida o muerte, como lo señaló Guterres, pues con las discusiones estancadas y la multiplicación de fenómenos naturales producto del calentamiento global, aunado a las guerras en el mundo y la inestabilidad política en muchos países, nadie podrá hacer frente a los movimientos migratorios y a las crisis humanitarias.
La salida de los Estados Unidos de los acuerdos sobre el calentamiento global ha provocado cierto desinterés por avanzar en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, algunos funcionarios y millones de ciudadanos estadounidenses, esperan que el próximo presidente de su país reconsidere la decisión del presidente Trump; y mientras eso sucede, se les ha visto en Katowice negociando, pues Washington saldrá oficialmente del acuerdo de París en 2020, un día después de las próximas elecciones presidenciales.
En consecuencia, seguramente los negociadores estadounidenses, que están obligados a respetar la decisión del presidente, sueñan con ver a su país sumado a la lucha contra la destrucción del planeta. Algo que no pasará por ahora, pues el presidente Trump no sólo piensa que el calentamiento global es una invención china para robarle a Estados Unidos sus mercados, sino que ha señalado a través de su cuenta de Twitter, refiriéndose a las protestas que enfrenta el  gobierno francés, que “Tal vez es hora de terminar el ridículo y extremadamente caro acuerdo de París y devolverle el dinero a la gente mediante la reducción de impuestos”, haciendo alusión al movimiento de los Chalecos verde, que se opone al incremento de los precios de la gasolina.
Pero mientras países como Estados Unidos, Arabia Saudita, Rusia y Kuwait, siguen apostando por el consumo de petróleo y la contaminación del planeta, otros levantan la voz de alarma. El ex vicepresidente estadounidense, Al Gore, crítico a los productores de petróleo por restar importancia a las evidencias científicas sobre el calentamiento de la atmósfera de la Tierra y el deterioro de la vida en ella.
Los países ricos creen estar a salvo de la destrucción de la vida en la tierra. Sólo los 40 países más vulnerables a los efectos del calentamiento global han aumentado sus metas y compromisos de cara a reducir las emisiones de CO2, el resto de los países miembros de la COP24, México entre ellos, no han manifestado su intención de ampliar sus objetivos y contribuciones a la reducción de sus emisiones de gases que provocan el efecto invernadero (GEI).
Todo parece indicar que la COP24 de Polonia cerrará sus trabajos el día de hoy viernes 14 de diciembre de 2018, con la decepción. Los informes presentados y el desprecio de los países ricos por ellos, su falta de compromiso e interés por mejorar sus objetivos de reducción de sus emisiones contaminantes, permiten ver desde ahora que las resoluciones finales de la COP24, sin duda, serán frustrantes para la mayoría de seres humanos; las cuales, probablemente, sólo serán rectificadas cuando nuevas catástrofes naturales se hagan presentes en sus territorios, aquellas que nunca antes se presentaron. Por ahora, las lluvias en los desiertos del norte de Chile y de Arabia Saudita, muestran que algo anda mal en el planeta ¿Quizá los ciclones del Caribe y del Pacífico deberán arrasar a los Estados Unidos para que rectifique su presidente?

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