En la primera visita a Israel de un miembro de la Administración del presidente Donald Trump, el jefe del Pentágono, James Mattis, aseguró ayer que Siria aún conserva armas químicas pese a haberse comprometido hace cuatro años a entregarlas para su destrucción.
El exgeneral de marines Mattis, que fue comandante de las fuerzas de Estados Unidos para Oriente Próximo entre 2010 y 2013, dijo también que el régimen del presidente Bachar el Asad dispersó su aviación de combate tras el ataque con misiles contra una base aérea siria ordenado por Trump el pasado día 7 en represalia por el bombardeo con gas tóxico que causó 87 muertos en una población rebelde.
Las declaraciones del secretario de Defensa norteamericano en compañía de su homólogo israelí, Avigdor Lieberman, coinciden con recientes análisis de la inteligencia militar del Estado hebreo, que estima que el Ejército gubernamental sirio mantuvo en su poder al menos el 1% del millar de toneladas de su arsenal químico tras aceptar desprenderse de todas las armas prohibidas en 2013.
El Asad se vio forzado al desarme tras el ataque con gas tóxico que causó al menos un millar de muertos en un bastión insurgente próximo a Damasco.