Home Orbe “El islam no debe imponerse desde el Estado ”

“El islam no debe imponerse desde el Estado ”

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Rachid Ghannouchi, líder de islamistas de Túnez

Perseguidos con Ben Ali, los islamistas son ahora una pieza central del sistema político del país magrebí
Tiene como objetivo distanciarse del Estado islámico, que no hace la lectura correcta de la religión. “El Islam no debe imponerse desde arriba, desde el Estado”, apostilla. Ghannouchi no considera necesaria una “renovación teológica” en el islam, pues ya cuenta con interpretaciones moderadas
El histórico partido islamista Ennahda es el gran beneficiado de la revolución tunecina que derrocó a Ben Alí en 2011. Antes, su líder, Rachid Ghannouchi, recibía a los periodistas en un humilde apartamento en los suburbios de Londres. Ahora lo hace en un elegante despacho en la flamante sede de la formación, en el centro de la capital.
Ennahda, el partido islamista que Ben Alí intentó erradicar brutalmente en los noventa, se ha convertido en una pieza central del sistema político de Túnez, único país sacudido por la primavera árabe que fue capaz de culminar su transición a la democracia.
Tras la escisión de Nidá Tunis, el partido laico y conservador que venció las elecciones legislativas de 2014, Ennahda es hoy el primer partido del Parlamento con 69 diputados.
Se aliviaron las tensiones sociales entre islamistas y laicos, pero no ha hecho despegar la economía de Túnez, y casi 70% de los tunecinos creen que el país “va en mala dirección”. Ghannouchi atribuye la principal causa a factores incontrolables, como la crisis libia: “En Libia trabajaban 500.000 tunecinos, y era un mercado importante para nuestra economía (…) Además, el turismo se ha visto golpeado”.
Sin embargo, admite también la responsabilidad de los diversos Gobiernos posrevolucionarios, entre los que figura la llamada troika (CPR, Ettakatol y Ennahda) aunque no lo menciona explícitamente. “Las instituciones públicas se han endeudado para acallar las demandas sociales (…). Hacen falta reformas, y animamos al Gobierno actual a que las haga”. El septuagenario político apela al sacrificio para reformar el Estado, pero advierte de que la carga debe repartirse de forma equitativa. “La factura no solo la deben pagar los trabajadores, sino también los empresarios”.